Opinión

La nueva normalidad

El derbi del Carlos Tartiere se presenta con aires renovados. Aunque desde México aseguran que la distancia entre Alejandro Irarragorri y Jesús Martínez es importante, por las distintas formas de entender la gestión de sus entidades, lo cierto es que han tenido que ser dos empresarios mexicanos quienes arrimen el hombro para que los dos grandes del fútbol asturiano proyecten una imagen de aparente cordialidad. Quizás, solo quizás, ha ayudado lo que se viene a lo lejos y que, de salir adelante, otorgaría beneficios a ambas ciudades: ese Asturias 2030, todavía en pañales. O futuros derbis al otro lado del océano. La foto en la sede de la Federación Asturiana hace mucho bien al Principado. Hay que reconocer los gestos. Porque por pequeños –e interesados– que sean, al menos rompen con más de un lustro de un conflicto rancio basado en el "y tú más". Una pena, porque algunos dirigentes se fueron sin atreverse nunca a trasladar la normalidad que sí sienten en su fuero interno. Ojalá sea un punto de partida para rebajar la tensión. Al final no deja de ser paradójico que los últimos incidentes los protagonizaron unos jugadores, –los rojiblancos–, mientras se tejía un dispositivo para preservar la integrad de todos, cuyo resultado beneficia a los de siempre: a los violentos, sacando del círculo a tantos padres, abuelos, que volverán a ver el partido por el televisor.

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