Opinión | En territorio comanche

La opinión sobre las últimas horas de mercado en el Oviedo y en el Sporting: Lágrimas de oro

Al final Gragera, tras el regateo lógico entre el México rojiblanco y la China periquita, finalizará su formación como futbolista profesional lejos de Mareo

Gragera, en sala de prensa de El Molinón.

Gragera, en sala de prensa de El Molinón. / Á. C.

La última jornada del mercado de invierno en la madreñina se ha cerrado con lloros, algo así como la canción "Lágrimas de oro" de Manu Chao. Ya saben, amiguinos y amiguinas, "Tú no tienes la culpa, mi amor / Que el mundo sea tan feo / Tú no tienes la culpa, mi amor / De tanto tiroteo... (y) de tanto cachondeo"... Al final Gragera, tras el regateo lógico entre el México rojiblanco y la China periquita, finalizará su formación como futbolista profesional lejos de Mareo, una vez apagados los ecos de la balasera entre la entidad y el entorno.

Para suplirlo se espera la llegada, siempre a la hora de escribir estas líneas, de José Marsà, producto de La Masía. Un centrocampista por un central. Doctores tiene la Iglesia, pero no parece que los principales problemas (o sí) de los rojiblancos sean por falta de efectivos atrás. Por lo demás, el proceso seguirá midiendo su capacidad de sorprendernos a todos ante un Leganés que empezó mal y poco a poco se va recuperando.

Mientras, a 28 kilómetros, recorte por aquí, corta y pega por allá en una plantilla cuyos principales brochazos ya se habían dado días atrás con las incorporaciones de Raúl Moro y Manu Vallejo. Por otro lado, y en el piso superior que viene siendo la Primera, ese lugar al que tanto les está costando volver (sangre, sudor y perres) a Sporting y Oviedo, nada que no hubiera ocurrido tiempo atrás, aunque sin tanto caviar y botellas de Bollinger, que ahora la manteca está en otros lugares, por mucho que la hidalguía peninsular del "furgolín" piense que todo sigue igual, y las lágrimas aún son de oro, ¿oyisti, güey?

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