Sin altibajos

Marc Peñarroya

Marc Peñarroya / MIKI LOPEZ

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

El Oviedo Baloncesto tenía la obligación de ganar ayer al Juaristi ISB para evitar meterse en grandes problemas en su objetivo de salvar la categoría, y lo hizo. Podía haber salvado también el basket-average ante el conjunto vasco, pero al final los nervios y la precipitación lo impidieron. No obstante, el gran objetivo era el triunfo y los oviedistas lo obtuvieron merecidamente. El Oviedo fue más equipo en la mayoría de las facetas del juego que el Juaristi, que se mantuvo en el encuentro gracias a su gran acierto en los triples, sobre todo en la primera parte.

Tras ver el partido de ayer si hay algo que se puede destacar en el equipo de Guillermo Arenas respecto al de Trifón Poch es la regularidad, la continuidad en el juego. Ante los de Azpeitia no hubo los grandes altibajos que se hicieron habituales durante la etapa del anterior entrenador de los carbayones. Sí hubo alternativas en el marcador, pero las normales. Durante algunos minutos fueron por delante los vascos (hasta por siete puntos), pero los asturianos se recompusieron y en un gran tercer tiempo llegaron a ir ganando por diecisiete puntos. La diferencia se estabilizó después entre los 10 y los 14 puntos. Eso sí, tras el descanso, nunca dio la sensación de que el Oviedo podía caer derrotado. La victoria del Alimerka fue una victoria coral, con participación de toda la plantilla, excepto el sueco LeCesne, que parece que está a punto de dejar la entidad. También tuvo muy poco protagonista Domènech, al que se le ve demasiado atenazado por los nervios. Si a estos dos jugadores se une la baja para toda la temporada de Comendador, por su grave lesión, es evidente que el Oviedo necesita encontrar algún refuerzo para abordar con ímpetus renovados la fase trascendental de la competición.

Un jugador azul sobresalió ayer por encima de todos: Marc Martí. Arenas le ha dado minutos y galones y él los ha sabido aprovechar muy bien. Dispuso de 18 minutos, en los que logró 11 puntos y cogió seis rebotes, siendo el jugador más valorado por los aficionados. Pero más que las cifras lo que más sobresalió en el juego de Martí fue su actitud. Se puso al frente del equipo en defensa y en ataque y sus mejores minutos en cancha sirvieron para poner a los de casa en clara ventaja en el marcador, además de calentar la caldera de Pumarín. Junto a él, cómo no, destacó de nuevo, un partido más, Oliver Arteaga, y en la zona también Clevon Brown, cada vez más asentado en el conjunto, y cuyos tapones hacen levantarse de sus asientos a los aficionados. Por fuera, Crouch y Thorbajarnason estuvieron acertados, olvidándose de las tareas de organización, para lo que Arenas ya cuenta con Peñarroya y Santana, cada uno con sus virtudes y sus defectos, pero que son bases auténticos.

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