En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting: El blindaje no es infinito

Las rodillas empiezan a temblar y el sistema digestivo y de gestión de residuos comienza a dar problemas a esa parte de la afición rojiblanca que se pone en lo peor a pesar del punto sumado en El Plantío. Quizá sea porque no entienden que MAR mantenga su discurso en el que nunca aparece la palabra permanencia

Miguel Ángel Ramírez, en El Plantío durante el Burgos-Sporting

Miguel Ángel Ramírez, en El Plantío durante el Burgos-Sporting / Área 11

Pablo González

Pablo González

Las rodillas empiezan a temblar y el sistema digestivo y de gestión de residuos comienza a dar problemas a esa parte de la afición rojiblanca que se pone en lo peor a pesar del punto sumado en El Plantío. Quizá sea porque no entienden que MAR, con #hashtag o sin él, mantenga su discurso en el que nunca aparece la palabra permanencia y tal y tal, a pesar de que la clasificación es la que es, por mucho que no se mire la tabla o que los resultados de la Ponferradina den igual. Los hay que empiezan a comparar la situación con la película de "El sexto sentido".

Ya saben, amiguinos y amiguinas, esa en la que Bruce Willis está muerto pero que no se entera y vaga por su mundo a su bola hasta que alguien le explica al muchacho que ha cruzado hacia el otro lado. MAR resiste por tierra, mar y aire gracias a esa política de Orlegi de que el proceso es el proceso y que nada ni nadie lo alterará. Ya dijo don Alejandro que él no se puede permitir dejarse llevar por la pasión del aficionado de a pie. Pero el "fúrgol" y la pelotita tienen otra lógica, y esta empieza por los resultados.

A falta de diez jornadas para el final del curso, si la marcha del Sporting hacia las catacumbas sigue, no habrá blindaje que valga y todo el mundo sabe, ya viva en Quintueles, en la calle Aguado o en Jalisco, lo que ocurrirá con el protagonista de la historia. Y dará igual que se llame Bruce o Miguel Ángel, ¿oyisti, güey?

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