Tenacidad

Las claves de la victoria del Alimerka Oviedo frente al Almansa

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

El Oviedo Baloncesto logró ayer una victoria fundamental para sus aspiraciones de mantenerse una temporada más en la LEB Oro. De haber perdido hubiera complicado mucho, mucho, sus opciones de mantener la categoría. Su triunfo ante el Almansa, otro de los equipos de su liga, fue fruto fundamentalmente de su tenacidad, de su empeño, de su tesón y también de su fe en la victoria. Creyeron los jugadores carbayones y creyeron los aficionados azules, que hicieron de Pumarín, una vez más, una auténtica caldera, un fortín que llevó en volandas a los de casa hacia la victoria.

Pocos de los asistentes al encuentro, muy pocos, creían que los de Guillermo Arenas podían acabar ganando el partido después de ver los dos primeros cuartos, sobre todo el segundo, que fue un despropósito total del Alimerka. No sólo falló en ataque, que es donde son más apreciables sus carencias, sino que también dejó mucho que desear en defensa, como lo demuestra el hecho de que los albaceteños llegasen a los 50 puntos en los primeros veinte minutos del partido. Solo un jugador de los de casa puede salvarse de la quema del primer tiempo, Clevon Brown; sin lugar a dudas uno de los grandes protagonistas del encuentro. Los asturianos no supieron contrarrestar el juego abierto del Almansa, aunque también es cierto que el porcentaje de acierto en los tiros a de tres de los manchegos fue altísimo. Y así se fueron hasta los 18 puntos de ventaja, que quedaron en 14 en el descanso.

De vuelta de los vestuarios empezó la remontada de los de casa. Lentamente, pero con constancia, los oviedistas fueron reduciendo distancias. El Oviedo que salió en la segunda parte fue muy distinto al que se dejó avasallar en la primera. Fue un Oviedo más concentrado y, sobre todo, más luchador. Un Alimerka, además, que vio cómo poco a poco fueron entrando en juego algunos de los integrantes más valiosos de su plantilla. Uno tras otro: Brown, en todo momento; Thorbjarnarson, Crouch, Chuso, Peñarroya, y hasta Scott; y por supuesto, siempre, siempre, el incombustible Oliver Arteaga, una vez más el mejor del partido. Y van…

La mejora de la defensa del Oviedo fue fundamental, pero también la valentía de todos sus jugadores a la hora de atacar el aro contrario. Luego, en los últimos minutos, en la prórroga, se mostraron más convencidos de sus posibilidades que los manchegos. Pumarín vibró como en los mejores momentos del equipo. Pero aún queda mucho para conseguir el objetivo de esta campaña: la salvación. Lo de ayer fue un paso, pero todavía quedan varios más.

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