Opinión

El Rey Pelayo se encontrará con César Pérez de Tudela

Sobre el merecido homenaje que recibirá mañana en Gijón quien más ha hecho por divulgar el montañismo en España

Los periodistas deportivos vivimos muchos momentos hermosos en nuestra carrera. No estoy empezando a escribir un anuncio ni a destacar nuestra profesión. Simplemente relato una parte del deporte asturiano que ha sido y es muy importante. Esa parte se llama Premio "Rey Pelayo" y mañana se vivirá con toda la grandeza en Gijón con la montaña como protagonista.

Recuerdo que tuve la gran fortuna como profesional del periodismo escrito, radiofónico y televisivo de vivir los mejores años del ciclismo español junto al director de la Vuelta Ciclista a España. Fue Enrique Franco el que un día en las oficinas de la Vuelta en Madrid me dijo, junto a su hermano Tito Franco: "Tenemos que conquistar las montañas de Asturias".

Todo el mundo se puso a trabajar, también el joven Javier Guillén, ahora director de la Vuelta Ciclista a España, y en pocos años los ciclistas protagonizaron grandes espectáculos en las cumbres asturianas y sobre todo en la subida a los Lagos de Covadonga, el puerto de Pajares, el Gamoniteiru, el Acebo o ahora el Angliru o La Farrapona. Pasados los años y la brillantez que el ciclismo le dio a Asturias, desde la prensa deportiva asturiana se acordó crear un nuevo premio que se llamaría "Rey Pelayo" y que iba a ser para una persona que, sin ser asturiano de nacimiento, había hecho mucho por Asturias y por su deporte.

Aquel primer premio fue para Enrique Franco y para un deporte que había descubierto que las montañas más hermosas están en el Principado, en sus carreteras, en su gente, en sus cumbres y en los que daban y dan pedales sobre sus bicicletas, como lo hicieron estrellas tan grandes como Miguel Indurain y Alberto Contador, entre otros muchos.

Pero las cumbres de Asturias tenían y tienen también otro gran conquistador que mañana será la gran estrella de la Gala de la Asociación de la Prensa Deportiva de Asturias y se llevará el Premio "Rey Pelayo". Los jóvenes de nuestros días no han podido vivir ni leer en los medios de comunicación escrita (periódicos) las proezas y el sacrificio que puso en juego esta estrella que responde al nombre César Pérez de Tudela, que hizo del Naranjo de Bulnes de día, de noche, con nieve, con lluvia y con todo tipo de adversidades uno de sus grandes escenarios mundiales y que también conquistó, por ejemplo, el mítico Everest (1992), su otra casa, las cumbres de Tíbet o el Aconcagua, al que ascendió cuatro veces, dos de ellas en solitario en 1971 y 1972, más otras cumbres gigantes que están repartidas por todo el mundo.

César Pérez de Tudela ha sido toda una estrella desde que entró en el mundo del deporte. Fue policía en un principio, siempre alpinista o montañero, después abogado, periodista y, por encima de todo, gran deportista. Los que vivimos nuestra profesión cerca de él lo escuchábamos en Radio Nacional, Cadena Cope, la Ser, Onda Cero, EsRadio y también en Televisión Española. Su historia, su vida, sus vivencias, su familia, sus amigos, sus compañeros son multitud. Por ello repito que es una pena que los jóvenes de nuestros días no hayan podido seguir sus proezas, aunque eso sí, las tienen en su "hermano manual", el móvil de nuestros días, con cientos de noticias dentro.

Sobre todo esto estaría bien que leyesen la historia de 1970 de la cara norte del Naranjo de Bulnes (2.529 metros de altitud), que estuvo a punto de llevarse allí mismo a dos grandes montañeros como José Luis Arrabal (21 años) y Gervasio Lastra (27), que en pleno invierno y con un Urriello blanco en su totalidad los frenó a escasos metros de la cumbre, envolviéndolos en hielo. Diez días estuvieron los dos apresados, mientras de toda España llegaban a Oviedo compañeros de la montaña que formaban "el mayor despliegue de medios y equipos de socorro conocido en España hasta esa fecha", con la única intención de encontrarlos con vida.

César estaba en Cataluña, cogió su coche y se fue solo hasta Oviedo de un tirón para hacer todo lo posible por encontrarlos, aunque era consciente de que llevaban muchos días entre la nieve con una temperatura que rondaba los cuarenta grados bajo cero. Decidió por su cuenta escalar por la cara sur y llegó a la cumbre. Al empezar a bajar por la carta norte-oeste los vio y se iniciaron, con "el mayor despliegue de medios y equipos de socorro conocido en España hasta esa fecha" los movimientos para que ambos fueran recuperados, aunque Arrabal falleció una semana después, ya en el Hospital General de Oviedo.

Los periodistas lo vivimos desde abajo y en Oviedo, los asturianos prácticamente no durmieron esas noches y el mundo entero descubrió que en nuestro país ha habido y hay grandísimos y grandísimas amantes de la montaña y del alpinismo. Pero, sobre todo, que César ha sido el que más ha divulgado el montañismo en nuestro país y es el español más conocido en ese mundo desde los años sesenta.

Mañana será César Pérez de Tudela un nuevo Rey Pelayo, aunque nosotros, los periodistas deportivos que cubrimos todos los deportes, siempre lo hemos tenido en un pedestal. La vida me ha llevado a vivir a sólo a tres mil metros de su casa en la sierra de Madrid y a compartir muchas de sus grandes historias. Ahora le toca volver a Asturias y recibir en Gijón un premio que empezó a ganarse cuando era casi un niño.

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