Opinión | EN TERRITORIO COMANCHE

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Balance de daños

Sobre lo sucedido en el último año en el Oviedo y en el Sporting

Aficiones del Sporting y del Oviedo

Aficiones del Sporting y del Oviedo / LNE

Se acaba el año y para los amantes de esas cosas, como saber qué canciones se han escuchado más en Spotify, tocaría hacer balance. Sporting y Oviedo, Oviedo y Sporting rozaron la felicidad tras clasificarse llorando y en el último segundo para el play-off. Ninguno de los dos entrenadores que casi logran la gesta continuó. Luis Carrión, a pesar de los gritos de «eres el mejor» y «queremos un hijo tuyo», prefirió buscar fama y fortuna en Canarias.

Se hizo con los mandos de un Primera como la UD Las Palmas, pero se los quitaron en la primera curva al ver que el muchacho no era capaz de evitar que el autobús amarillo se despeñara por el Pico de las Nieves. Ocupó su lugar Diego Martínez, y ahora los pío pío van lanzados. La historia de MAR en el Sporting se acabó dado que, entre otras cosas, al canario no le iba mucho lo de la presión que se sufre en Gijón (cada vez menor, a la vista de lo que está sucediendo con Albés) y tenía claro que la familia orlegiana no le iba a traer todo lo necesario para tratar de repetir lo del curso anterior.

Ramírez se fue a Catar, donde, como Carrión en Las Palmas, tampoco duró mucho. Ahora le han comprado billete para Zaragoza, lugar en el que conocerá la presión de verdad, tanto de la grada como de la prensa maña, que al primer bache pide la cabeza del entrenador y de quien haga falta. Luego llegaron Calleja, que no entró con buen pie y que cada vez que hay problemas es el primer señalado por eso de que nunca fue la primera opción de Pachuca, y Albés, con un expediente formativo en el «fúrgol» profesional circunscrito al Albacete y al Lugo. El técnico azul tiene la misión de acabar con esas fases en las que el equipo desaparece del campo, y el rojiblanco se enfrenta a su primera gran crisis en Gijón.

¿Y, amiguinas y amiguinos, qué nos deparará el nuevo año? Pues ya se sabe que nada está escrito salvo el tradicional mercado del frío. Unos buscan reforzar su defensa y los otros su ataque. Salvo milagro, no habrá que esperar gran cosa de los nuevos rostros que nos vendan desde Mareo y la casa azul. El historial del «mercato» invernal de gijoneses y carbayones pesa, y los aciertos se cuentan con los dedos de una mano. Aunque, como en «Casablanca», habrá que «esperar, esperar, esperar» a que salga el sol para hacer balance de daños y de éxitos, ¿oyisti, güey?

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