Opinión | EN TERRITORIO COMANCHE

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Derrotismo y melancolía

Dubasin, durante el Sporting-Elche disputado en El Molinón

Dubasin, durante el Sporting-Elche disputado en El Molinón / Marcos León

Todo indica que en el Sporting y aledaños se ha instalado la sensación de que «esto es lo que hay, amiguitos», y que habrá que ir asumiendo lo de que otro año más en Segunda dado que no hay fondo de armario, que no todos los que deberían están aportando lo necesario y que el fichaje o fichajes que lleguen en este mercado invernal no serán suficientes para paliar el agujero de puntos que han dejado estas últimas semanas. Los rojiblancos necesitarían en lo que resta de Liga enlazar una racha prácticamente de campeón para recuperar el terreno perdido. Y eso que prácticamente queda una vuelta entera para remontar, pero la melancolía se está haciendo fuerte en esa orilla del Potomac. Se analizan los cambios, las palabras del entrenador etcétera, etcétera, y uno se encuentra con que hay una crisis en mayúsculas.

La grada pide fichajes y se empieza a comparar lo que invierten unos y otros. Luego ya están esos intangibles, como la suerte y tal y tal, que no hay quien controle. Jugando mejor que últimamente y haciendo casi todo para sacar un notable, el Sporting fue incapaz de ganar al Elche. Los gijoneses están en esos momentos en los que no ganan cuando lo merecen y pierden cuando tienen que perder. Y todo ello lleva a desperdiciar el gran momento de Dubasin, que puede estar ante el mejor año de su carrera. Se mira a lo que hay en el banquillo, y pocas soluciones se atisban. Ya saben, amiguinas y amiguinos, cuando no se gana nadie vale.

Ahora, además del extremo que Albés lleva pidiendo desde los días de sol y playa, se habla de que puede que llegue un mediocentro para paliar la grave lesión de Bernal. Suena Dotor, una de las decepciones azules en lo que va de año y que el club carbayón quiere sacar del equipo para hacer sitio a todos los que todavía están por llegar. Seguro que los hay que soñarán con un Dubasin 2.0.

Mientras, a 28 kilómetros, celebran que se cumplió en Cartagena ante un equipo que va por su tercer entrenador. Tres puntos a la mochila y a esperar a que pase el siguiente. Los de Calleja están en la pelea. Les quedan diecinueve partidos para aspirar a todo salvo que la melancolía y el derrotismo, como la gripe, sean contagiosos, ¿oyisti, güey? n

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