Opinión | EN TERRITORIO COMANCHE

La opinión sobre la ciudad deportiva del Real Oviedo: Hoy La Manjoya, mañana el mundo

Sobre el nuevo fracaso en la búsqueda de los terrenos ideales para el nuevo Requexón

Representantes del Oviedo en un acto publicitario

Representantes del Oviedo en un acto publicitario / Irma Collín

Dos de dos, y agua. El Oviedo da por finiquitada la idea de levantar su nueva ciudad deportiva en La Manjoya. El carpetazo llega casi dos años después de que en los primeros días de marzo de 2023, señores y señoras, niños y niñas, amiguinas y amiguinos enterraran aquella simbólica cápsula del tiempo con la que se pretendía dar el pistoletazo de salida a la construcción de la magna obra en Latores. Aquello se fue enquistando y también acabó por venirse abajo. Los que saben de esto cuentan que ningún papel llegó al Ayuntamiento ni a ninguna otra administración. Ahora parece que tampoco. El asunto sigue en estudio. La duda está en saber dónde se producirá el siguiente bombillazo, ya que hablar de proyectos habrá que dejarlo para cuando haya planos, alzados e infografías que enseñar.

A Oviedo, por su especial orografía, no es que le sobren las parcelas con los suficientes metros cuadrados como para construir el nuevo Requexón. En la capital no hay grandes praderas llenas de búfalos e indígenas como en el lejano oeste americano, ni es el desierto de Nevada, ni mucho menos el de Sonora. Así que en los concejos limítrofes se frotan las manos, ya que por esas latitudes hay suelo y tal y tal. No se puede decir que los proyectos de pasta de cemento, gotelé y ladrillo rojo se les estén dando especialmente bien desde su llegada a los inversores mexicanos de los dos grandes de la madreñina "furgolística".

Por lo demás, en la casa azul insisten en mantener un perfil bajo con los árbitros, nada de iniciar una guerra, no vaya a acabar como la de Ucrania, por mucho que el clamor por los constantes atracos a las tres llegue ya hasta los alrededores del palco presidencial del Tartiere. La obsesión de unos y otros debería ser meter la cabeza de una vez en Primera, ya que cada año que pasan fuera de la verdadera élite, la diferencia con los que resisten ahí arriba, tengan o no un brillante pasado, crece y crece. Y sin pasta eso de "hoy La Manjoya, mañana el mundo" se quedará en una quimera, ¿oyisti, güey? n

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