Opinión
La Segunda y el Oviedo
Sobre el estado actual del conjunto azul en una Liga que exige al máximo
La Segunda División es una categoría que no perdona. No es una Liga para los débiles ni para los confiados. En apenas una semana puedes pasar de soñar con el ascenso directo a verte casi fuera de los puestos de play-off. Es el infierno del fútbol español, una competición donde cada partido es una final y donde nada está decidido hasta el último suspiro de la jornada 42.
El Real Oviedo es el ejemplo perfecto de lo cruel que puede ser esta categoría. Hace apenas unos días, tras la victoria ante el Burgos, el sueño de volver a Primera División cobraba fuerza. Pero la derrota en el Carlos Tartiere ante el Deportivo de la Coruña ha golpeado con dureza la moral del equipo y de la afición. La sensación de que se han escapado oportunidades clave está presente, y es comprensible que surjan dudas. Pero la realidad es bien distinta: el Oviedo sigue en la pelea, con las mismas opciones que antes de este tropiezo. Esta Liga no entiende de favoritismos ni de certezas absolutas; cada jornada es una batalla, y cada punto puede marcar la diferencia en mayo.
La derrota en casa ha sido un golpe, pero ahora es cuando hay que demostrar de qué está hecho este equipo y su afición. No se asciende en marzo, sino en junio. Y para llegar con opciones al tramo decisivo de la temporada, hay que levantarse rápido, aprender de los errores y afrontar el próximo partido con la misma ambición de siempre.
Ahora, más que nunca, es momento de unir fuerzas. Los jugadores tienen que darlo todo en el campo, pero la afición tiene que hacer su parte. El Carlos Tartiere debe ser un fortín para los rivales y un refugio para los nuestros. No podemos permitir que ningún equipo venga a Oviedo y se sienta cómodo, hay que dar un paso adelante y demostrar que este equipo no está solo.
El ascenso no se regala, se pelea. Y en esta pelea, la afición juega un papel fundamental. La Segunda División son de 42 jornadas, y mientras haya esperanza, el Oviedo tiene que salir a por todas. Queda camino por recorrer, quedan puntos en juego y quedan muchas batallas por disputar. Ahora más que nunca, juntos hasta el final.
¡Hala Oviedo! n
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