Opinión | EN TERRITORIO COMANCHE

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Caritas de circunstancias

Chaira, cabizbajo, al final del Mirandés-Real Oviedo en Anduva

Chaira, cabizbajo, al final del Mirandés-Real Oviedo en Anduva / Irma Collín

Avanza la semana hacia una nueva jornada en Segunda y en ambas orillas del Potomac se vive con cara de circunstancias tras lo ocurrido el pasado fin de semana. En la casa azul andan quejosos por las dos derrotas consecutivas, que han servido para avivar el debate sobre el estilo de juego de los de Calleja. El asunto persigue al técnico oviedista desde el primer día: que tiene plantilla para mucho más, y tal y tal. Pero ahí está el Oviedín, a tiro de piedra del ascenso directo, aunque a estas alturas da bastante igual, ya que en marzo ni se sube ni se ganan títulos. Los azules tienen ahora dos partidos (visita del Elche y viaje a Granada) para seguir comprando papeletas de cara a acabar la temporada celebrando algo grande. Se acercan veloces las famosas últimas diez jornadas que lo deciden todo y, con ellas, la ansiedad y los nervios, cuya gestión es tan importante como la de marcar goles.

Sigue por la ciudad el dueño de Pachuca, Jesús Martínez, que ya ha arengado a los suyos dejando un vídeo viral en uno de esos "insides" de los que tanto tiran los clubes cuando las cosas marchan medianamente bien para alimentar sus redes. Donde no están para mostrar muchas interioridades es en la orilla rojiblanca del Potomac. Los números meten miedo hasta a Freddy Krueger, pero no parece así en el club y alrededores. De puertas para fuera ya se asume que la realidad es la que es y que ya se acabó lo de hablar de engancharse al play-off. Por lo que sea, por falta de gol, por mala suerte, por calidad, por una mejorable planificación y tal y tal, a los rojiblancos no les da. Pero ojito con dormirse, que la tendencia es a la baja y por mucho que tres puestos de descenso ya tengan nombre y apellidos (Cartagena, Tenerife y Racing de Ferrol) se van a producir muchas sorpresas y más de uno se llevará sustos inesperados. Así que la tarea de Albés en los meses que restan de competición es mantener a la tropa en perfecto estado de revista para alcanzar el objetivo de los 50 puntos cuanto antes y no cabrear mucho al personal, ya que la sensación es que en la "Canalleta" ya hay pocos pasajeros o, al menos, hay bastantes sitios libres. Veremos lo que ocurre en junio y si habrá otro cambio de inquilino en el banquillo gijonés, donde los entrenadores duran muy poco haya o no buenos resultados. Ley de vida, ley del "fúrgol", ¿oyisti, güey? n

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