27 puntos en juego

A falta de nueve jornadas para que termine la temporada, con 27 puntos en juego, el Real Oviedo se encuentra en una posición tan ilusionante como exigente. Tras años de travesía por el desierto, el ascenso a Primera División vuelve a ser un sueño tangible. Pero como todo en Oviedo, no será fácil.

El reciente cambio de entrenador –Calleja fuera, Paunovic dentro– ha sido una decisión valiente por parte del club. Calleja, pese a tener al equipo en puestos de play-off, no consiguió revertir una dinámica peligrosa: un punto de los últimos doce posibles.

La llegada de Paunovic supone un soplo de aire fresco. No solo por lo que representa como exjugador –conexión emocional incluida–, sino por su carácter. Es un tipo que transmite. En su primera rueda de prensa dejó claro que no venía a especular, y su debut ante el Málaga fue prueba de ello.

El partido en el Tartiere no fue brillante, pero sí emocionante. Se ganó en el último suspiro, con un gol en propia puerta. Sí, de rebote, pero con alma. El equipo mordió, creyó y empujó hasta el final. Lo dijo el propio Paunovic: "Al final prendimos la chispa que buscábamos". Y vaya si lo hizo.

Quedan nueve finales. 27 puntos que pueden cambiar la historia reciente del Real Oviedo. Hay rivales directos y también hay algo más: una ciudad que vuelve a soñar, una plantilla con talento y un técnico que sabe lo que se juega.

Este club ha vivido de todo. Descensos, milagros en forma de salvación. Ahora, por fin, puede escribir un capítulo distinto. No va a ser por nombre, ni por escudo. Será por esfuerzo, por creérselo. Por saber que cada punto cuenta, que cada balón dividido importa, que cada segundo puede ser el último… O el definitivo.

Creer no es una opción. Es una obligación.

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