Opinión
Tiene que terminar
Sobre la polémica con los arbitrajes
El fútbol español necesita un cambio, eso lo sabemos todos. Estamos viviendo en directo y a través de las "mil cien" cámaras televisivas o más y de los restantes medios de comunicación un deporte que no se parece en nada al del pasado y en el que se mezclan las protestas, los engaños, el perdón a los jugadores, las críticas constantes contra los árbitros y, sobre todo, los parones que se multiplican cada vez más para revisar y revisar lo que ocurrió en las endemoniadas áreas donde ahora los futbolistas se agarran de la cintura y se quieren quitar las camisetas a tirones como si fueran amigos desde siempre y lo desean ser para toda la vida.
Pero la realidad es que el fútbol español ha entrado en una dinámica donde para nada brilla la deportividad, sino todo lo contrario. Han ido a peor los clubes y los jugadores, y hasta el 25 de mayo –quedan siete jornadas– vamos a ver muchas protestas y confusiones. Ya nadie va a cambiar lo que está ocurriendo. Los árbitros seguirán siendo los malos de la "película", los jugadores los reyes del engaño dando vueltas sobre el césped como heridos de muerte tras chocar con el rival, el árbitro juzgado como si fuera culpable de todo lo que pasa y el graderío en muchos estadios un teatro donde se protesta todo, con gritos y malos gestos. No hace muchos años, nada de esto sucedía y el fútbol era un gran espectáculo que se escribía con letras grandes y casi de oro.
Quedan siete jornadas en Primera en las que el Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid seguirán luchando por ganarlo todo y otras siete en Segunda en las que, por ejemplo, el Real Oviedo seguirá soñando por estar en la liguilla de ascenso a Primera y el Sporting de Gijón por terminar entre los diez primeros. Lo mismo que harán todos los demás clubes según su clasificación actual.
Todo será como siempre, pero lo que ocurra en el campo de juego no. La última acción de una gran estrella como Kylian Mbappé sobre Antonio Blanco, en el estadio de Mendizorroza, sorprendió al mundo entero. Como los deportistas parecen de goma, la pierna del jugador del Alavés no se partió de puro milagro, pero lo importante no fue la acción, sino que el que la hizo es una auténtica estrella y ejemplo para los jóvenes. Lo malo es que las imágenes televisivas llegan ahora a todas las partes del mundo. Si cuentan los millones de personas que han visto esa imagen, se sorprenderán. Tampoco les sorprenderá que si esto ocurre –eso se ha dicho– es porque el árbitro no paró el juego antes, porque no pitó otra falta anterior, porque lo estaba haciendo fatal o es muy malo. En España, donde los árbitros han mantenido un progreso constante desde que comenzaron a ser "estrellas" como Guruceta, Soriano, Urízar Azpitarte, Ramos Marcos, López Nieto, Díaz Vega, Mejuto González, Andújar Oliver, Muñiz Fernández, Mateu Lahoz, Del Cerro Grande, etcétera, ahora son despreciados. En los últimos años, en muchos medios se empezó a cargar contra los árbitros, sobre todo desde los que se identifican o defienden unos colores concretos, ya sea de forma directa o trabajando para ello gracias a medios, o lo que sean, que llegan a sus manos y donde no se les exige la más mínima profesionalidad o el medio sea partidista o conducido por alguien que ni tiene experiencia ni estudios de periodismo.
Nadie va a cambiar hasta que no termine este campeonato. Lo que ocurre hoy con los árbitros del fútbol español, repito, no es justo. No se merecen los ataques desde la grada, las quejas constantes de los propios clubes y jugadores y, sobre todo, el mal trato que les da el famoso y desafortunado VAR. No son ellos los que tienen la culpa de que nadie salga satisfecho de un estadio, a no ser que su equipo gane. Los que van al fútbol ya van al dispuestos –muchos sin saberlo– a criticar al juez por todo lo que haga, esté bien o esté mal.
Lo malo del fútbol, y seguiremos así hasta el 25 de mayo, es que siempre tendrá un culpable, aunque no sea verdad. Los árbitros tendrán que soportar este martirio y hacer todo lo posible para que terminen los campeonatos. Luego tendrán todo el verano, ellos y todos los demás, para organizar el futuro con jugadores, clubes y entrenadores e, incluso, que no estaría mal, con periodistas de verdad que pueden aportar también mucho para que el deporte rey de España lo siga siendo.
Como llega la recta final de Liga, repito, nada cambiarán. Luego deben hacerlo, pero hacerlo de verdad. El fútbol siempre ha sido un deporte magnifico y hermoso. Hoy no lo es y lo saben ellos y muchos periodistas deportivos. Yo soy uno de ellos que comenzó con la Quinta del Buitre y por todos los campos de España donde el fútbol era un placer. ¿Recuerdan el Sporting europeo de Vicente Miera? n
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