Opinión

Increíbles altibajos

Sobre las dos caras del OCB

El Oviedo se despidió de Pumarín y de su décimo segunda temporada en la categoría de plata del baloncesto español con victoria ante el Zamora; un triunfo muy sufrido, tras un tercer cuarto desastroso, para olvidar, en el que los de casa ni estuvieron acertados ni, lo que es peor, para nada concentrados durante demasiados minutos. Al comienzo del último cuarto los azules perdieron una gran ventaja, que llegó a ser de 21 puntos en el segundo cuarto. Una pena tantos increíbles altibajos para un encuentro tan emotivo como el de anoche: el adiós a un pabellón que ya es historia del baloncesto ovetense. Sí, es verdad, no había nada importante en juego, pero la afición carbayona esperaba un choque mucho más tranquilo, sobre todo tras el espectáculo dado por los azules en la primera parte. Resulta muy difícil de entender lo sucedido después. Lo mejor del partido de anoche para el Alimerka fue, de nuevo, la muy buena actuación de la última incorporación del equipo, el pívot Faure Ribes, el más valorado de los azules, y también, junto a Nweke, su mejor anotador, con 14 puntos.

Por otro lado, es posible que el conjunto de Javi Rodríguez, notase la ausencia de dos de los integrantes más regulares de la plantilla, Cossials y Dan Duscak. Pero no es disculpa.

En todo caso, el Oviedo ya había cumplido con su objetivo, la permanencia, hacía dos partidos. Ahora lo que le toca al Alimerka es intentar que el Palacio de los Deportes no le quede demasiado grande a partir de octubre porque no consiga sumar más espectadores a los ya habituales de las últimas temporadas en Pumarín. Ese es el principal reto que tiene la directiva del OCB.

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