Opinión

La velocidad descontrolada

La experiencia es importante, lo sabemos todos los que hemos vivido el mundo del ciclismo, y podríamos volver a contar de memoria lo que hicieron grandes estrellas como Luis Ocaña, Pedro Delgado, Miguel Indurain, Abraham Olano, Alejandro Valverde, Roberto Heras, Carlos Sastre o Joaquín Rodríguez, y otros muchos también como Lale Cubino, Ángel Arroyo, Anselmo Fuerte... una lista muy larga.

Han pasado años, pero ha sido tan hermosos y tan deportivos que no es nada fácil olvidarlos. Era un ciclismo muy especial y con gran pasión y control. Y también con caídas e incluso con despistes en la salida en etapas contra el reloj en la que Perico perdió antes de empezar cuando era el número uno para vencer.

Recuerdo que todo era muy similar, que las bicicletas hasta tenían cables externos en los frenos, los mismos cuadros e idénticos sillines y manillares. Pocas cosas llamaban la atención. Además, los colores de los maillots diferenciaban perfectamente a todas las escuadras. Era un deporte similar para todos y la fuerza física y la lógica eran la que dominaba el control de los muchos kilómetros que se hacían empleando cada equipo su estilo y sus condiciones físicas en grupo.

Hoy (sábado) empieza para mí un Tour de Francia que será muy distinto. He hablado con miembros de los equipos profesionales del pedal y con varios periodistas compañeros de radio, prensa y televisión y todos me apuntan que lo que les preocupa es la gran velocidad que ha roto los esquemas tácticos, desde que se toma la salida todo es posible. Hacía mucho tiempo que no veían caídas tan extrañas como las que se producen ahora en cualquier momento.

Además, los pocos kilómetros favorecen esa velocidad descontrolada de la que podemos hablar, ya que para las estrellas del pedal de la actualidad no resulta nada complicado enfrentarse a etapas de 130, 132, 154, 161, 163, 170, 172 ó 173 kilómetros y en este Tour las hay.

Está claro que está muy bien apuntar que no sólo será una lucha mano a mano entre las estrellas Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard. Lo lógico es que los que necesitan por lo menos salir en televisión (aunque no se les vea la cara en ningún momento dado todo lo que llevan encima tapándola) ataquen en todos los frentes. Recuerdo siempre cómo los equipos que no tenían súper estrellas en sus filas buscaban cualquier instante para atacar. Para decirlo más claro, que se unían para "romper la armonía" de las escuadras con estrellas en cualquier instante, pero con astucia.

Entiendo, que si no hay "acuerdos en grupo" nos encontraremos con un Tour de Francia en el que seguirán registrándose luchas desesperadas en cualquier momento y por consiguiente caídas que se pueden repetir y ver una y otra vez gracias a las muchas cámaras motorizadas que forman parte de la carrera, algo que hemos podido observar con muchas perspectivas este año en las Clásicas y Vueltas más importantes del calendario internacional.

Visto el panorama, pienso que todos deben tener cuidado y trabajar en grupo. Los españoles también tienen opciones, por ello momentos antes de empezar no podemos dejar de animar a Enric Mas, Carlos Rodríguez (las dos bazas importantes españolas) y a Iván Romeo, Marc Soler, Ion Izaguirre, Alex Aranburu, Raúl García, Cristian Rodríguez, Pablo Castrillo o al asturiano Iván García Cortina, por ejemplo. Creo que será un Tour muy distinto a todos los pasados por lo que hemos visto este el pasado año y sobre todo este 2005, al que yo denomino el de las caídas aparatosas.

Por ello creo que no es fácil predecir y apostar, pero también creo que es el momento de añadir en este texto, por encima de todo, trece y una letra: Suerte y cuidado.

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