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Opinión

pelayo botas garcía-barrero

Oviedismo dolido y esperanzado

Sobre la derrota ante un rival directo

El pasado sábado, en un Carlos Tartiere ansioso y repleto, nuestro Real Oviedo salió derrotado frente al Levante por 0-2 en un partido que invita a la reflexión más que a otra cosa. Desde la perspectiva del oviedista, costó digerir el resultado: el equipo lo intentó, peleó los balones divididos, buscó con insistencia las bandas, pero le faltó ese golpe de lucidez, de chispa, para transformar la voluntad en intensidad productiva. Las estadísticas del partido revelan que, aunque la posesión acabó algo favorable (57,4 % para el Oviedo), el Levante supo rentabilizar sus oportunidades con frialdad.

Carlos Álvarez abrió el marcador en la primera mitad y, ya en la segunda, Etta Eyong sentenció con un segundo tanto irrebatible ya en lo numérico.

Lo más doloroso es que vimos al Oviedo intentando, presionando, pero sin esa verticalidad decisiva en los últimos metros. Muchos centros, muchos desbordes, pero casi nada de remate, salvo Chaira, que no tuvo su día frente al arco rival. La defensa visitante estuvo ordenada, dura en el cuerpo a cuerpo, sin dejar grietas. Y cuando el rival encontró huecos, los aprovechó. El Tartiere se quedó helado.

Las ausencias, las rotaciones o el desgaste de calendario —días de descanso algo desiguales para el Levante— no pueden servir de excusa. Para un aficionado azul, la clave ahora es no hundirse. Queda mucha temporada por delante, y hay que rescatar de este tropiezo el orgullo de que el equipo lo intentó, de que hubo compromiso, de que no se entregó en ningún momento. Pero también hay que exigir un plus: más solidez atrás, más claridad arriba y mayor rendimiento colectivo para competir en esta categoría. En el vestuario, seguro que se hablará de reactivarse ya, con la mirada hacia adelante, sin obsesionarse con el error del sábado.

Con la mente puesta ya en el próximo encuentro contra el Espanyol, el Oviedo deberá aprovechar el parón de selecciones como un impulso necesario: volver a entrenar fresco, recuperar lesiones menores, ajustar detalles tácticos y mentalizarse para recibir a un rival de Primera que visita el Tartiere el viernes 17 a las 21:00. Ese día, el Espanyol llegará colocado en una zona media de la tabla, mientras el Oviedo intentará dar un golpe de timón tras la derrota ante el Levante.

El Oviedo ocupa el puesto 17.º con 6 puntos tras ocho jornadas, mientras el Espanyol suma 12 puntos y se sitúa en la posición 9.ª. Este parón es una oportunidad: descansar piernas físicas y mentales, recuperar efectivos, inculcar ideas ofensivas más claras, reforzar los automatismos para que el equipo llegue al día 17 más unido. Si el Oviedo muestra ese "plus" de actitud que toda afición espera, y el Espanyol se descuida, puede que el Tartiere vuelva a vibrar. Será un examen duro, sí, pero también otro partido de "nuestra liga", la ocasión perfecta para demostrar que, tras el tropiezo, estamos vivos y dispuestos a pelear.

¡Hala Oviedo! n

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