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Opinión

La opinión sobre el estreno del nuevo entrenador del Sporting: Preciado y Quini marcan el camino

Primer entrenamiento de Borja Jiménez, nuevo técnico del Sporting de Gijón.

Primer entrenamiento de Borja Jiménez, nuevo técnico del Sporting de Gijón. / Juan Plaza / LNE

Pues, amiguinas y amiguinos, ya estamos todos una vez que Borja Jiménez, de los Jiménez de toda la vida (ojo, no confundir con el matador de Espartinas, protegido de Espartaco), se ha enfundado la camiseta del Sporting para tratar de cerrar de golpe la puerta a la crisis y devolver la sonrisa profident a la tropa. En la presentación del nuevo técnico rojiblanco solo faltaron Cholo Dindurra, Viejo Feliú y don Manuel Vega-Arango Alvaré. Y es que Jiménez se sentó para ofrecer su primera rueda de prensa en Gijón con la lección bien aprendida.

En su relato apareció varias veces Manolo Preciado que estás en los cielos, y luego Marcelino García Toral, Luis Enrique, Quini y tal y tal. Nada como apelar a la piel con piel, a la carne de gallina para tratar de ganarse al personal y, según sus palabras, "devolver la energía" a un entorno deprimido. ¿Y qué hay de los objetivos? Pues claridad y nada de repartir botes de humo. Lo primero, los 50 puntos, y, una vez alcanzados, ya veremos. Con la exitosa campaña de abonados cerrada no hace falta vender ninguna moto sin ruedas.

Borja Jiménez avisa de que no hay fórmulas mágicas

Así que el "chico ascenso" fue claro: no hay varitas mágicas ni los entrenadores son Merlín. Es decir, toca esperar, tener paciencia y comprobar si hay plantilla para más, como subrayó David Guerra, primer ejecutivo rojiblanco. El presidente del Sporting, siempre cauto a la hora de dar titulares y al que hay que leer entre (muchas y muchas) líneas, no entiende que ahora se critique a Orlegi por tomar la decisión de echar a Garitano tras cinco derrotas consecutivas cuando el curso pasado la masa social de la entidad gijonesa se quejó de que la familia orlegiana anduvo lenta a la hora de agradecer los servicios prestados a Rubén Albés. Bienvenidos todos al planeta "fúrgol", queridos amiguitos. Esto fue, es y será siempre así. Cuando empiezan los tiros, aquí no queda ni el apuntador.

Mientras tanto, en la orilla azul del Potomac, Paunovic ya trabaja en buscar la fórmula para que los delanteros, o quien sea, del Oviedo comiencen a ver puerta de una vez. Sin goles no hay puntos, y sin puntos no hay felicidad, ¿oyisti, güey?

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