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Opinión

La opinión sobre la crisis del Real Oviedo: Se buscan gentes para tiempos de guerra

Joe Aboumrad, del Grupo Carso, Armando Martínez, India Cazorla, Úrsula Santirso, Santi Cazorla, su hijo Enzo, Jesús Martínez y Martín Peláez, durante el homenaje al llanerense en la previa del Real Oviedo-Elche

Joe Aboumrad, del Grupo Carso, Armando Martínez, India Cazorla, Úrsula Santirso, Santi Cazorla, su hijo Enzo, Jesús Martínez y Martín Peláez, durante el homenaje al llanerense en la previa del Real Oviedo-Elche / Luisma Murias / LNE

Pues, amiguinas y amiguinos, otra semana más de desconcierto en la orilla azul del Potomac. Habrá un día que a alguna universidad le dé por estudiar el fenómeno y/o virus que está sufriendo el Oviedo. Tres ascensos en una misma temporada, uno de ellos histórico, como el del primer equipo, volaron por los aires en una mala tarde. Por lo menos, de momento.

El asunto se ha agravado por la imagen dada por el equipo en la Copa ante el Ourense. Ya nadie se libra de los palos, ni propiedad, ni directiva, ni plantilla… Incluso hay quien carga contra el porcentaje que se destinará de la nueva camiseta a una causa solidaria. Nada vale. Todo es ruido. Y si lo único que puede apaciguar la situación son los buenos resultados, peligro, ya que un equipo novato en Primera está condenado a perder más que a ganar.

El que pensara que el ascenso serviría para continuar donde el Oviedo lo dejó hace 24 años antes del desastre que acabó con el club en el barro, y que en una tarde iban a entrar por la puerta la reencarnación de Carlos, Jerkan, Jokanovic y compañía, debería cambiar de medicación o, al menos, compartirla con los demás.

De momento, los haters ganan a los lovers, y los bandos pro y anti están más perfilados que nunca. Contaba en estas páginas Eugenio Prieto, expresidente azul que puede dar una cátedra sobre amores y odios, que es un grave error eso de que la tropa opte por apoyar solo a los jugadores y a la vez dé palos al entrenador, que hay que respaldar desde al presidente hasta al utillero, y que lo contrario sería volver a repetir una historia conocida por muchos.

Silenzio stampa y todos al búnker

Luego está la manera en la que los que mandan en el club han decidido gestionar estos días de crisis. Silenzio stampa y todos al búnker. Nada de actos públicos, no vaya a ser que algún revoltoso que antes era íntimo nos la líe, y lo justo y necesario en los medios oficiales del club para evitar el chorreo de insultos, amenazas y tal y tal. Bunkerizarse y procrastinar esperando lograr una victoria el lunes ante Osasuna puede ser una estrategia que dé resultado a corto plazo.

Pero ¿y si se pierde ante un equipo que suma cero puntos a domicilio en cinco partidos? ¿Se alargará la política del perfil bajo? Algún día habrá que salir del búnker a tomar el aire y ver el sol, que luego aparecen las caras tipo zombi. Otra duda es la de si en el club hay gestores con perfiles para tiempos conflictivos. Hay gentes para tiempos de paz y otras para momentos de guerra. Churchill tumbó a Hitler y tres meses después perdió las elecciones. Pero lo mejor sería que no se repitiera la historia, ¿oyisti, güey?

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