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Opinión | EN TERRITORIO COMANCHE

La opinión sobre el Real Oviedo y el Sporting: De amarillo y fuera del búnker

Luis Carrión, durante su primera etapa al frente del banquillo del Oviedo, en el partido ante el Eldensea.

Luis Carrión, durante su primera etapa al frente del banquillo del Oviedo, en el partido ante el Eldensea. / Área 11

El tiempo, que lo cura todo, parece haber devuelto cierta paz social al oviedismo. Salvo catástrofe, da la sensación de que ya no hay remolinos ni aguas turbulentas en la orilla azul del Potomac. El club volverá a dejar "actuar" a los muchachos en la sala de prensa de El Requexón.

El primero en estrenar esta nueva etapa, si no hay cambios en el reparto de última hora, será Salomón Rondón, uno de los jugadores señalados en las primeras jornadas por parte de la grada. Precisamente, en el venezolano están puestas parte de las esperanzas de que el Oviedo de Carrión comience a ver puerta, algo necesario si los carbayones quieren sumar de tres en tres de una vez y empezar así a recuperar los puntos que no han conseguido en esta parte de la temporada.

De ello dependerá en gran medida si el club sigue o no sigue en la mejor Liga del mundo, según el amigo Tebas. El Oviedo tiene entre ceja y ceja darle un susto al Athletic el domingo en San Mamés, el nuevo. Será uno de los campos que los oviedistas "estrenarán" tras regresar del infierno, etapa en la que, por ejemplo, no pudieron ver en directo ante su equipo a gentes como Leo Messi y Cristiano Ronaldo, que hace tiempo eligieron destinos tan poco exigentes como magníficamente pagados. Pero ahí siguen, tratando de hacer de las suyas.

Otro estadio de nuevo cuño que el Oviedo pisará por primera vez en su historia será el Metropolitano. Precisamente, el partido ante los del Cholo Simeone será el que cierre este mes de noviembre.

Mientras, en la orilla rojiblanca potomaquiana LaLiga finalmente no dio el visto bueno a que el Sporting pudiera jugar ante el Mirandés con su tercera equipación, así que tendrá que fiar el uniforme al color amarillo y cruzar los dedos para que le dé suerte. El Mirandés, que ahora juega en el exilio de Mendizorroza por las obras en Anduva, llegará al partido con un entrenador de circunstancias mientras cierra a su nuevo técnico.

Un encuentro en que se medirán las rachas de unos y otros y que servirá para comprobar si Borja Jiménez, de los Jiménez de toda la vida, sigue fiándose de aquella manera de lo que tiene en el banquillo. Enero se acerca, ¿oyisti, güey?

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