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Opinión

La polémica que más ayuda

Sobre la nueva camiseta rosa del Oviedo

En ocasiones, las polémicas nacen donde menos deberían. En una sociedad en la que cada gesto positivo parece sometido a juicio, incluso los actos solidarios acaban siendo diseccionados con lupa. El último ejemplo lo tenemos en el Real Oviedo y su decisión de donar el 10 por ciento de las ventas de su cuarta camiseta a la causa de El Ángel de Javi, el niño ovetense que necesita un millón de euros para continuar con su tratamiento médico.

Desde el momento en que el club azul anunció esta iniciativa, surgieron comentarios cuestionando el porcentaje elegido. Que si un 10% es poco, que si el club podría hacer más, que si detrás hay una maniobra de marketing. Opiniones respetables, pero también profundamente injustas cuando se desconocen los detalles.

Porque lo cierto es que, el día que el Real Oviedo comunicó a la madre de Javi su intención de implicarse, se le explicó con total transparencia que, al tratarse de una camiseta oficial de Adidas, los márgenes comerciales eran mucho más ajustados. El club se comprometió a intentar que la donación fuera de un 5%, un esfuerzo significativo teniendo en cuenta los costes de producción y distribución de una marca internacional. Sin embargo, lejos de conformarse, el Oviedo logró finalmente que la aportación ascendiera al 10%, el doble de lo inicialmente previsto. Y eso, en el contexto de una entidad que ya realiza numerosas colaboraciones sociales, tiene mérito.

El debate sobre las cantidades es legítimo, pero conviene no perder de vista lo esencial: el objetivo no es medir la generosidad del club, sino alcanzar el millón de euros que necesita Javi. Si la polémica ha servido de algo, ha sido precisamente para multiplicar la visibilidad de la causa. Gracias a la discusión, más personas conocen hoy quién es Javi, más aficionados se han acercado a comprar la camiseta y más medios han difundido su historia. En otras palabras: la polémica ha ayudado más que perjudicado.

A veces olvidamos que la solidaridad no se mide en porcentajes, sino en impacto. Que cada camiseta vendida es una pequeña victoria. Que detrás de este gesto no hay marketing, sino humanidad. Y que si el Real Oviedo –un club con historia, pero también con alma– decide vincular su camiseta con una causa tan noble, lo mínimo que merece es respeto y apoyo.

El fútbol tiene muchas formas de marcar goles. Algunos se celebran en los campos; otros, como este, se celebran en los hospitales, en las casas y en los corazones de quienes todavía creen que el deporte puede cambiar cosas.

Y si para que eso ocurra hace falta una polémica, bienvenida sea. Porque mientras se discute en redes, Javi sigue sumando apoyos. Y eso, al final, es lo único que importa.

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