La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

María Neira: “Confío en que el covid dé lecciones y dejemos de contaminar todo lo que tocamos”

La directiva de la OMS, que sueña con una Asturias referente en el turismo sostenible, recoge un premio “prestoso”: “Este verano no tuve vacaciones, hay muchas cosas en el asador”

María Neira, en una foto de archivo, durante una entrevista en el Hotel de la Reconquista, en Oviedo. | | LNE

“Hay que ser verdes” es el eslogan que suelta la alta directiva de la OMS María Neira siempre que tiene ocasión. Y la concesión hoy de la Medalla de Plata de Asturias es una buena ocasión. “Tenemos que cambiar nuestros patrones de vida. Tenemos que dejar de contaminar todo lo que tocamos. Porque si seguimos tirando toneladas de plástico al mar, acabarán en nuestro intestino”, afirma sin paliativos.

La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud recogerá esta tarde un premio que “presta” y que tiene un “toque diferente”, según ella misma describe. Porque viene, claro está, de la tierrina, de esa región verde que puede practicar el verde y convertirse, dice, en referente del “turismo sostenible”.

Neira es “una asturiana que vive en Ginebra” y que lleva con orgullo la bandera de las Cuencas. Nació en La Felguera hace 59 años, aunque por su cabello rubio, tez blanca y ojos azules bien puede parecer sueca. “Estoy muy contenta de volver a Asturias y de compartir con los asturianos el día de nuestra región y, además, de hacerlo rodeada de personas de mucho nivel”, cuenta, refiriéndose a los otros premiados: los redactores del primer borrador del Estatuto de Autonomía de Asturias y el Club de Guisanderas.

La médica langreana lleva ya varios días por la región. Aterrizó la semana pasada para asistir a la boda de un hermano. “Así que tengo nueva cuñada”, indica con su espontaneidad y cercanía habitual. “Ha sido una razón muy bonita para volver a casa y enlazarlo con esta medalla”, reconoce. Pero ni mucho menos su estancia aquí significan vacaciones. De hecho, ni las ha tenido en todo el verano. “Las vacaciones, para cuanto esto se calme. Hay demasiadas cosas en el asador y no podemos estar ausentes. Ahora mismo estamos muy ocupados con el cambio climático”, explica. Lo “diferente” de este año, prosigue, es que está teletrabajando mucho. “He estado incluso varios días en la playa y al mismo tiempo trabajando”, apunta.

La palabra pandemia es obligada en la conversación. Podría decirse que Neira es como el Fernando Simón a nivel mundial. Es el rostro de la actualidad del covid, la persona que se ha encargado de controlar e informar sobre el virus en la esfera internacional. Después de más de un año en pandemia, la langreana es optimista. “Lo peor lo estamos empezando a dejar atrás”, opina. Pero, cuidado, el covid “va a dejar rastro”. Y no todo tiene por qué ser malo.

“Yo confío en que nos deje lecciones, en que aprendamos a protegernos de forma diferente para estar preparados ante futuras crisis y que avancemos en la prevención primaria. Todo esto significa: cambiar nuestros patrones de vida y lo que nos rodea”, profundiza. Aquí es cuando la directiva de la OMS introduce el discurso verde. “Asturias puede encabezar muchas oportunidades de recuperación económica a través del turismo sostenible y verde. Tenemos que impulsar un turismo diferente que ame la naturaleza. Hay que aprovechar el paraíso natural en el buen sentido y cuidarle”, reflexiona.

Sobre la gestión de la crisis sanitaria en Asturias, María Neira solo puede aplaudir. “Cuando escuchamos un informativo nacional, el Principado siempre sale a la cabeza. A la cabeza, por ejemplo, en vacunación. Y son datos que están ahí. No es una apreciación mía”, comenta.

La directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS se subirá hoy al escenario del Hotel La Reconquista de Oviedo, después de haberse subido ayer a otro: Al del espacio cultural de la plaza de Trascorrales. Neira está de racha y recibió otro premio, el de Ourensanía 2020, de manos del presidente de la Diputación Provincial de Ourense, Manuel Baltar. ¿El motivo? Su importante labor de divulgación y concienciación sobre el covid-19. ¿Y Ourensanía por qué? Porque también tiene raíces gallegas. “Este premio me hace estar más agradecida con Ourense por haberme dado el mejor padre del mundo, emprendedor, honesto y generoso, que salió a buscarse la vida fuera pero nunca se olvidó de sus raíces”, dijo. Durante el homenaje, al que asistió el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, la médica subrayó que es “una grandísima idea traer un pedacito de Ourense hasta la capital de Asturias” y aseguró “llevar la ourensanía con muchísimo orgullo”. Neira dedicó el galardón a todos los sanitarios y cuantas personas trabajaron en la lucha contra la pandemia.

La mujer que manda en la OMS en Salud Pública ya está entrenada en premios. Y como suele pasar, primero llegaron los reconocimientos de fuera que los de casa. En 2006 recibió la máxima condecoración del Gobierno de Francia: la medalla de Orden del Mérito Nacional. En 2009 recogió, junto a la doctora Margaret Chan, el “Príncipe de Asturias” de Cooperación Internacional concedido a la OMS. Y en 2015 recibió el premio “Woman” de manos de la Reina Letizia.

Por su parte, LA NUEVA ESPAÑA también la nombró “Asturiana del mes” en 2006, a las pocas semanas de recibir la distinción francesa. Entonces confesó lo siguiente: “El premio de Francia me produjo una emoción enorme, pero el de LA NUEVA ESPAÑA me sensibiliza más, me toca más la fibra sensible, porque éste es el periódico que ha entrado en mi casa todas las mañanas, es el periódico con el que he crecido”. Quince años después, Neira tiene una anécdota. “Cuando mi abuela vivía y me hicieron la primera entrevista en LA NUEVA ESPAÑA, me dijo: ‘Ahora sí que eres importante’”, rememora entre risas. Porque después de aquella primera vinieron “muchísimas” más.

La doctora Neira es licenciada en Medicina por la Universidad de Oviedo y especializada en París en Endocrinología, Enfermedades Metabólicas y Nutrición. Lleva dieciséis años al frente del departamento de Salud Pública de la OMS y alguno más de veinte fuera de Asturias y de España, pero sigue sintiéndose deudora del carácter “muy noble y muy auténtico” de la gente de “la Cuenca”.

A su trayectoria profesional se suma que trabajó para la ONG Médicos Sin Fronteras, con la que se marchó a Centroamérica. Más tarde, se trasladó con la ONU a Ruanda y Mozambique. En 2002 fue nombrada presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, por lo que estuvo unos años viviendo en Madrid. Hasta que acabó haciendo las maletas con la OMS para irse a Ginebra, donde tiene su vida ahora.

Compartir el artículo

stats