El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer finalmente optar por la prudencia y mantener los tipos de interés en el 4 por ciento pese a los recortes realizados por la Reserva Federal estadounidense en los últimos meses y teniendo en cuenta los elevados niveles de inflación en la zona euro. El objetivo de embridar los precios, mandato primigenio de la autoridad monetaria de la eurozona, pudo más que la opción de intentar reanimar la economía continental mediante una rebaja de tipos. Tal decisión limita, además, la posibilidad de que se abaraten las hipotecas. El euribor está en lo que va de abril por encima del 4,7 por ciento.

La ortodoxa decisión del directorio que preside Jean Claude Trichet se produjo apenas una hora después del anuncio del Banco de Inglaterra de que recortaría sus tipos en un cuarto de punto hasta situarlos en el 5 por ciento. Trichet justificó el criterio del BCE, tomado por unanimidad, ante la existencia de fuertes presiones inflacionistas al alza a corto plazo, así como de riesgos al alza a medio plazo para la estabilidad de precios, todo ello unido a una moderación de la actividad económica en la eurozona.

La crisis del mercado del crédito provocada por el desplome del sector «subprime» norteamericano ha hecho que, por el momento, el Banco Central Europeo decida mantener el precio del dinero estable a la espera de la evolución de los mercados financieros, y a pesar del incremento de la inflación y del empeoramiento de las previsiones de crecimiento de la eurozona desde varias instituciones, la última el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El IPC de marzo de la zona euro se situó en el 3,5 por ciento, el máximo de la historia, y aunque el organismo esperaba un repunte de la inflación en los primeros meses del año por el encarecimiento del crudo y los alimentos, el dato se sitúa 1,5 puntos por encima del objetivo oficial, del 2 por ciento.

Según las previsiones FMI, el crecimiento de la eurozona se resentirá con motivo de la desaceleración global, por lo que el BCE se decidirá a bajar tipos cuando le dé tregua la inflación. La institución apunta a 2009 como el año en el que el organismo comenzará a aplicar recortes de tipos para dar aire al crecimiento económico de la eurozona.

Trichet reiteró el carácter «primordial» de mantener la estabilidad de precios y lograr el anclaje de las expectativas de inflación como el mejor remedio para lograr un crecimiento económico sostenido. El máximo responsable de la política monetaria de la zona euro reiteró que la institución permanece constantemente alerta y lista para cumplir su mandato de garantizar la estabilidad de precios y evitar la materialización de efectos de segunda ronda. «No hay tiempo para la complacencia», dijo Trichet, quien apuntó que el mercado, a diferencia de las expectativas de finales de 2007, ahora asume que el actual período de turbulencias no será un problema de unos meses.