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-Las ventas han bajado.

-Claro que han bajado. El año pasado tuvimos una disminución en torno al 10 por ciento.

-¿Y en lo que va de este año?

-No lo sé; el primer análisis lo haremos en junio. Aunque no sea sintomático, lo que le puedo decir es que mi empresa está vendiendo más que el año pasado.

-Dicen que el mercado está parado, que los compradores están esperando a que bajen los precios, a tener más capacidad de negociar con los promotores.

-Eso es una falacia. Todos hemos ido a comprar al mercado: te suben tres, te bajan dos y al final pagaste más uno. La vivienda nueva tiene costes, que son el suelo, la construcción, los impuestos y los beneficios, y el precio se marca en función de todo esto. Luego habrá quienes acepten ganar menos, quienes no suben los precios o quienes utilizan técnicas de marketing, como el alquiler con opción de compra.

-¿Se están intensificando ya en Asturias?

-No las he encontrado apenas.

-Pese a las subidas de estos años, usted sostiene que la vivienda es barata en Asturias.

-No es cara. Las medias que tenemos sobre las distintas regiones lo indican. Y la relación calidad-precio es magnífica. Tenemos que acudir a estadísticas no fiables, porque son las que hay, pero aun así Asturias aparece por debajo de la media del país.

-El estudio que han presentado dice que la mayoría de quienes buscan piso están dispuestos a pagar hasta 240.000 euros. ¿Cree que la gente está en disposición de pagar o endeudarse tanto?

-No le puedo decir. Nosotros encargamos un estudio a la Universidad, lo recibimos y con las mismas lo hicimos público.

-¿Qué debe hacer el nuevo Gobierno sobre la vivienda?

-Lo desesperante es que nadie de los que hablan tanto aporta soluciones. Nada se dice sobre el problema del suelo, sobre la nueva ley que impulsó el Gobierno anterior, que resultó perversa y que ha tenido que ser modificada. Al día siguiente de aprobar la ley, el Presidente largó a la Ministra. Algo quiere decir. ¿Cuándo vamos a empezar a hacer reformas estructurales de verdad en el urbanismo? En octubre, ante la cercanía de las elecciones, ya planteamos al PSOE y al PP nuestras sugerencias. Lo primero, disminuir la retenciones fiscales, poner más dinero líquido en el mercado.

-¿Y aumentar la deducción del IRPF por compra de vivienda?

-Por supuesto. No hace falta ser un genio para identificar las medidas. Pero los estudios y los analistas se limitan a decir que esto va fatal, y no se hace nada.

-El Gobierno anterior tomó el camino de fomentar el alquiler. ¿No es correcto?

-El alquiler sería una alternativa, que, además, ajustaría más la movilidad geográfica del trabajo. Pero también hay una dificultad: no hay cultura del alquiler en este país. Es un asunto que tardará tiempo en calar. En Madrid o Barcelona hay más demanda, pero en sitios como Asturias es muy pequeñita.

-El mismo estudio detecta un encarecimiento de las rentas en Asturias, y ustedes culpan a las nueva ayudas a los jóvenes.

-Está ocurriendo en toda España. Los caseros descuentan la ayuda. Eso funciona así.

-Las familias están muy endeudadas y las hipotecas siguen hacia arriba. ¿No frena eso la demanda?

-Tanto como se dice, no. Seguimos teniendo el precio del dinero al 4 por ciento. Está más alto que antes, pero la situación anómala era cuando los tipos de interés estaban al 2 por ciento.

-Los casos de insolvencias de inmobiliarias se disparan en el país. ¿Y en Asturias?

-Ojala no pase. La Confederación no conoce hasta ahora situaciones de ese tipo. El mercado del promotor en Asturias está muy atomizado, es de empresas pequeñas, con otra forma de hacer las cosas. Si volviéramos atrás y borráramos asuntos como los de Astroc, Colonial y demás, tendríamos sólo la mitad del problema inmobiliario y nos quedaríamos sin el deterioro de la desconfianza de nuestros compradores. Resulta que esa pérdida de confianza no tiene nada que ver con nosotros, sino con empresas cotizadas en Bolsa y a menudo opacas en su gestión. Nosotros, sufridores de todas estas cosas, tenemos que llegar a nuestro público, convencerle de que seguimos haciendo las cosas bien.

-¿Tampoco tienen problemas con los bancos para conseguir financiación en estos tiempos de graves distorsiones financieras internacionales?

-Nos prestan bien. Ojo, con los bancos siempre ha habido dificultades. Unas veces más y otras menos. Hemos tenido una situación de ajuste, pero el mercado inmobiliario tenía que ajustarse, porque hemos construido de más y subido los precios de más. No me pongo colorado por decirlo, aunque aquí no se haya hecho tanto como en otros sitios. Cuando estábamos ajustándonos, vinieron las «subprime» y una crisis financiera del carajo. Obviamente nos resentimos todos de que hay una contracción del crédito. Nos afecta, pero no por nuestro mercado, sino por las perturbaciones del sector financiero.

-Los precios han subido mucho también aquí en estos años.

-Sí, pero el problema de los precios en Asturias, como seguramente en otras zonas, era más del suelo.

-¿El problema no son los grandes márgenes de beneficios?

-Los beneficios son los de cualquier actividad industrial.

-El jueves dijo que el paro no aumentaría en la edificación de viviendas. ¿No es muy atrevido?

-Sí lo es, y puede que quizá resulte más deseo que realidad, pero me hago la siguiente cuenta: se iniciaban dieciséis mil viviendas en un momento atípico (2006), y ahora once mil. El impacto en el paro no lo veo como tal, porque en realidad lo de aquel año podría considerarse sobreempleo.

-El negocio alternativo de la vivienda turística en la costa se enfría.

-Cuando hay problemas financieros, la segunda residencia es siempre la que más se resiente. Asturias tiene a favor que no está saturada y que hay una tendencia a dejar el producto de sol y playa e ir hacia la Naturaleza. Pero lo que antes parecía una punta de desarrollo se va a resentir, porque la segunda residencia tiene un fuerte componente financiero.

-Ustedes han criticado con frecuencia los modelos vigentes de vivienda protegida. ¿No funcionan en Asturias?

-Y sigo criticándolos. Hemos vuelto a llevar la vivienda protegida al pacto social con Principado y sindicatos, y esperemos que con más éxito que hasta ahora. En el anterior pacto no funcionó porque no hubo voluntad.

-Hace unos días un promotor vendió sus viviendas protegidas en cuestión de horas...

-Es un caso distinto, de viviendas de precio concertado. Y hay otros ejemplos en sentido contrario: empresas con promociones de vivienda protegida que no consiguen sacarlas y que están vendiendo antes las libres. Para acceder a una vivienda de protección oficial tienes que tener un nivel de renta determinado y reunir otras condiciones. Hay zonas donde no encaja. No vayamos a creer que la protección oficial es la panacea. Conlleva impedimentos y en el fondo no eres propietario del todo, no puedes vender en un plazo determinado y cuando lo puedes hacer tienes limitaciones de precio. No obstante, va a aumentar la producción de viviendas de protección oficial en Asturias, porque va a haber más suelo, a través de la Administración, de Sogepsa...

-¿Satisfecho con que el Ministerio de Vivienda se mantenga en el nuevo Gobierno de Zapatero?

-Las apuestas políticas indicaban que Vivienda se integraría en Fomento, algo que parecía lógico tras las transferencias de muchas competencias a las comunidades autónomas. Carme Chacón me convencía, y no está mal tener como interlocutor a un Ministerio. Ahora bien, ¿qué hizo el Ministerio en estos años? Las ayudas al alquiler, una ley del Suelo que ha generado inseguridad económica y jurídica y poco más, el Código Técnico de Edificación, del que prefiero no oír hablar...

-¿Y el nivel de entendimiento con el Gobierno asturiano?

-No sé si es políticamente correcto decirlo, pero estoy encantado con que el PSOE haya asumido la dirección de las políticas sobre vivienda en lugar de IU. Quizá me llamen perro verde por esto, pero lo cierto es que tenemos una fluidez de diálogo mayor ahora.

«El encarecimiento de las hipotecas por la subida de tipos no frena tanto la demanda como se dice»