El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, reconoció ayer que la economía española está registrando una clara desaceleración, y que el crecimiento hasta marzo ha sido bastante inferior al 3,5 por ciento. Una de cal y otra de arena. El también ministro de Economía apuntó asimismo que la recuperación económica comenzará a partir del segundo semestre de 2009.

Durante su intervención en unas jornadas sobre el sector financiero que se celebraron en Madrid, Solbes aseguró que el avance del PIB bajará «claramente» del 3,5 por ciento que registró durante los últimos tres meses del pasado año. Aunque habrá que esperar a los datos oficiales, que se publicarán a principios de mayo, para conocer el crecimiento económico español, el Ministro defendió que el superávit amasado en las cuentas públicas durante los últimos ejercicios gracias a la «consolidación fiscal» da margen para adoptar «medidas discrecionales para capear la tormenta». Con estas palabras el vicepresidente del Gobierno salía al paso de las declaraciones del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien había criticado que las iniciativas anunciadas por el Ejecutivo, como la ayuda de 400 euros en el IRPF, requerirán recortes en el gasto público. El Ministro señaló que no debería registrarse déficit «ningún año», aunque a continuación indicó que esa situación dependerá del crecimiento económico. También resaltó que este saldo positivo da «un mayor margen de maniobra para responder al menor dinamismo económico». En su opinión, el margen presupuestario disponible para impulsar la economía tiene que utilizarse en «dosis proporcionales a la ralentización».

A juicio de Solbes, las previsiones de crecimiento que efectuó recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) para España están «desviadas hacia la baja». El organismo había previsto un crecimiento del 1,8 por ciento a lo largo de este año, y del 1,7 para 2009.

En cualquier caso, Solbes ha destacado que prevé «una normalización del crecimiento» durante el segundo semestre del próximo año, y que en 2010 España debería «alcanzar niveles más cercanos a su potencial». En concreto, el director de la política económica del Gobierno ha augurado que «a finales de 2010 o principios de 2011 el crecimiento económico español estará próximo al 3 por ciento». Esta situación hará, según afirmó, que el superávit público vuelva a estar en torno al 2 por ciento del PIB.

La economía española ha crecido una media del 3,8 por ciento a lo largo de los últimos diez años y, aunque el Gobierno mantiene su previsión realizada a finales de 2007 de que el PIB avanzará un 3,1 por ciento en el presente ejercicio, todas las instituciones internacionales de los principales analistas prevén un desarrollo menor que va desde el 1,8 por ciento del FMI al 2,4 por ciento del Banco de España, extremo que el propio Ministro ve más acorde con las posibilidades reales del país.

Sobre la inflación, el Ministro señaló que las altas tasas registradas se deben al encarecimiento del petróleo y de los alimentos, «donde poco se puede hacer». Y apuntó que para animar al sector de la construcción el Ejecutivo potenciará la obra civil y la construcción de vivienda protegida.