Oviedo

El presidente de la patronal del metal en Asturias (Femetal), César Figaredo, avisó ayer que el sector «no puede absorber de la noche a la mañana el desempleo que se genere por la ralentización de la construcción». Pese a la falta de mano de obra del metal asturiano, que los empresarios cifran en cerca de 5.000 profesionales, Figaredo aseguró, durante la presentación de un foro que celebrará la patronal en Gijón, que «aquí no se trata de dar un relevo a nadie». A 31 de marzo había en la región 52.474 personas desempleadas, de las que 5.503 pertenecen al sector de la construcción. El empresario aseguró que el sector metalúrgico en Asturias atraviesa un momento «francamente bueno desde hace un par de años, porque lo hemos sabido forjar entre todos los implicados».

Figaredo, acompañado en la presentación por el consejero de Industria y Empleo, Graciano Torre, afirmó que «hemos constatado que el Gobierno regional ya está trabajando para solucionar esta falta de personal, aunque los problemas continúan. Y cuando un empresario va al extranjero a por un trabajador no es porque le guste, le sale incluso más caro». Torre respondió: «Estamos analizando ya, uno a uno, a todos los desempleados del Principado para conocer cuál es su situación actual, pero no todos tienen la cualificación necesaria para trabajar en el sector del metal, por lo que es necesario que se formen». El Consejero reconocía que hay una «disfunción» en el mercado laboral asturiano. Una situación que ya había denunciado la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). La patronal anunció recientemente que llevará a cabo un estudio completo sobre la situación de los parados asturianos y su futuro profesional.

La patronal metalúrgica asturiana considera que el futuro del sector en la región dependerá en buena medida de la situación económica que se dé en Europa, dado elevado nivel de exportaciones que tiene el sector metalúrgico asturiano. Pero afirman ya que el cambio de clima económico sobre el metal es por ahora limitado. De hecho, las exportaciones de productos del sector del metal asturiano alcanzaron durante el pasado los 2.492,56 millones de euros en el año 2007, lo que supone un incremento del 16,65 por ciento, y representa el 69,9 por ciento del valor total de las exportaciones que se realizaron en Asturias. El metal es el motor económico de la región con un tejido empresarial formado por más de 1.500 compañías que dan trabajo a cerca de 45.000 personas. Figaredo resaltó que los convenios firmados durante los últimos años por el sector con la Administración regional y sindicatos, permiten que ahora «estemos disfrutando de un período de paz, sin huelgas».

La patronal celebrará entre el 27 y 29 de mayo un foro en el recinto ferial de Gijón con el objetivo de entablar nuevas relaciones comerciales con compañías de todo el mundo. En el evento, que está organizado por la Sociedad de Promoción Exterior del Principado de Asturias (Asturex), el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA) y Femetal, participarán 59 compañías asturianas. Graciano Torre indicó que el objetivo del encuentro es el de «mostrar el potencial de las empresas regionales del metal».

La industria auxiliar de la construcción -cementeros, sector cerámico, productos metálicos...- ya nota dentro y fuera de Asturias los efectos del final del «boom» inmobiliario, como han recogido distintos observatorios económicos y reconocido las organizaciones empresariales. A escala nacional, la patronal Oficemen acaba de alertar de que el consumo de cemento está cayendo este año más del 14 por ciento. Asturias es, al menos por ahora, una excepción.

Según otros datos recientes de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), durante los meses de enero y febrero las ventas de cemento producido en la región crecieron el 14,7 por ciento. El análisis de SADEI indica que ese resultado se debe al empuje de la obra pública, presumiblemente acentuado en esos dos meses porque el ritmo de algunas actuaciones en infraestructuras se intensificó ante la proximidad de las elecciones generales.

La producción asturiana de cemento es la de las dos plantas que el Grupo Masaveu tiene en Aboño y Tudela Veguín. Desde esas instalaciones y también desde la que la compañía tiene en La Robla (León), el negocio cementero de los Masaveu atiende el mercado del Noroeste de España, un territorio que, según fuentes conocedoras del sector, ha sufrido por ahora menos que otros el impacto del descenso en la edificación de viviendas. No obstante, los expertos dan por hecho que, antes o después, las ventas de cemento se sumará en Asturias a la tendencia nacional de descenso.

Según informaciones recientes de Oficemen, el consumo de cemento, uno de los indicadores para medir la actividad en la construcción, cayó el 14,48 por ciento en los tres primeros meses del año, hasta alcanzar los 12,3 millones de toneladas, debido al retroceso en la edificación residencial, motivada por la coyuntura negativa de la economía.

La reducción de días laborables experimentada este año en relación con el anterior por el adelanto de la Semana Santa afectó también al consumo. La patronal combate este nuevo escenario disminuyendo las importaciones, tanto de cemento como de «clinker» (elemento del que se obtiene el cemento), que cayeron el 45,9 por ciento durante los tres primeros meses del año, al situarse en 2,1 millones de toneladas.

Asimismo, la industria cementera española ha decidido potenciar las ventas en el mercado exterior, de forma que las exportaciones, tanto de cemento como de «clinker» en los tres primeros meses del año aumentaron el 14,83 por ciento, hasta las 290.114 toneladas.