Oviedo, L. G.

HC Energía fue menos rentable en el primer trimestre de este año que a la misma altura de 2007 porque, según la dirección que preside Manuel Menéndez, sus cuentas resultaron penalizadas por variopintas circunstancias: la escalada del precio del carbón, el coste de los derechos para emitir dióxido de carbono (CO2), la inactividad durante bastantes semanas de la térmica de Soto de Ribera y el impacto de ciertos cambios regulatorios introducidos por el Gobierno en el mercado español del kilovatio durante 2007. El balance fue que el beneficio de la eléctrica asturiana, propiedad de la portuguesa EDP, se redujo el 41,6 por ciento, hasta quedar en 37 millones de euros. Aun así, la compañía prevé remontar ese bache gracias en parte al crecimiento en el negocio de la generación con el funcionamiento de una nueva central de gas en Castejón y con la cercana entrada en servicio de la instalación gemela que el grupo ya tiene en pruebas en Soto de Ribera.

Los resultados de Hidrocantábrico están condicionados por la parada de la central de carbón de Soto de Ribera, con una actividad muy limitada en los primeros meses del año debido a la parada por revisiones y reformas en el llamado «grupo 3». Pero son el reflejo también de los problemas de competitividad por los que, dentro y fuera de Asturias, atraviesan las térmicas carboneras. La rentabilidad de las centrales está penalizada por el coste del CO2, que por primera vez repercute este año de manera efectiva en las cuentas de las empresas eléctricas. La factura por el nuevo tratamiento que las autoridades energéticas aplican a los derechos de emisión de dióxido de carbono supuso 14 millones de euros para HC entre enero y marzo.

Las cuentas de las térmicas han resultado también damnificadas por la escalada del precio del carbón en los mercados internacionales y, según las quejas recogidas en el sector, porque las reformas regulatorias emprendidas por el anterior Gobierno redujeron drásticamente ciertos ingresos que recibían las propietarias de centrales por la llamada «garantía de potencia», prima asignada a aquellas instalaciones que están a disposición para entrar en funcionamiento cuando así lo requiere el sistema eléctrico.

La alta especialización de HC en la producción a partir de carbones -sus principales factorías eléctricas son las térmicas asturianas de Aboño y Ribera de Arriba- hace que la compañía esté más expuesta que otras a cuestiones como las comentadas. Sin renunciar a esa forma de generación, el plan estratégico de Hidrocantábrico pivota precisamente sobre el objetivo de diversificar sus producciones con una apuesta inversora por las tecnologías de ciclo combinado (gas natural) y por las energías renovables (eólica y otras). Al divulgar sus resultados trimestrales, Hidrocantábrico destacó ayer que la reciente entrada en servicio de su segunda central de gas en Castejón (Navarra) ha permitido duplicar la generación mediante ciclos combinados, que ya supone el 25 por ciento del total de la compañía. La entrada en producción de la nueva central de Soto de Ribera, la primera de Asturias alimentada por gas natural, así como la expectativa de otras mejoras en los ingresos, contribuirá, según el análisis de HC, a que el grupo acelere sus rendimientos durante el resto del año.

HC destacó también ayer que, pese a las antedichas dificultades, la cifra de negocios (facturación) aumentó el 6,3 por ciento en el primer trimestre, hasta alcanzar los 711,3 millones de euros. Y que el negocio de la comercialización de electricidad en el mercado liberalizado y el de la filial gasista Naturgas evolucionó positivamente. En un período singularmente inversor, la deuda financiera ha subido el 11 por ciento, hasta alcanzar los 1.543 millones.