Oviedo, E. L.

La planta cementera que la compañía Tudela Veguín tiene en Aboño ya ha recibido la autorización ambiental para sustituir parcialmente el coque de petróleo, combustible fósil tradicional en este tipo de instalaciones, por otro residuos como madera, neumáticos, gomas troceadas o glicerina. Esta práctica, la primera vez que se desarrolla en Asturias en una instalación de estas características, permite reducir los residuos que van al vertedero y también las emisiones de CO2 a la atmósfera.

La puesta en marcha de esta práctica «verde» en las instalaciones de Tudela Veguín en Aboño fue uno de los asuntos que se abordó en la jornada sobre desarrollo sostenible y valorización en la industria cementera que ayer organizó en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo la Fundación Cema, del Cemento y del Medio Ambiente, una entidad de la que forma parte tanto la patronal como los sindicatos con el fin de lograr la sostenibilidad del sector cementero. Uno de los objetivos de esta jornada, tal y como indicó el director de la fundación, el mierense Dimas Vallina, es constatar «la seguridad» de estos procesos de utilización de residuos como combustibles y que «estos métodos no suponen ninguna alteración del medio ambiente».

La puesta en marcha de esta utilización de residuos, denominada «valorización energética», convertirá a la planta cementera de Aboño en pionera en estos usos en Asturias. En España la «valorización energética» apenas está implantada. Sólo el 6 por ciento de la energía del sector cementero procede de los combustibles alternativos. En otros países de Europa, como Holanda y Suiza, la sustitución de los combustibles tradicionales por residuos alcanza el 80 por ciento y el 50 por ciento respectivamente. Aún así, Dimas Vallina apuntó que la utilización de residuos como alternativa al coque de petróleo supuso en 2007 un ahorro de emisiones en el sector cementero nacional de 270.000 toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones de cien mil coches.

La industria cementera asturiana, encarnada en las plantas que el grupo Masaveu posee en Tudela Veguín y Aboño, sí está a la cabeza de España en el aprovechamiento de residuos minerales generados en otros procesos industriales en la elaboración de clínker. Así, se están aprovechando cenizas volantes de las térmicas y escorias del sector siderúrgico, hasta alcanzar las 800.000 toneladas anuales. En los últimos años, la industria cementera asturiana ha invertido más de 35 millones de euros en mejores ambientales tanto para el aprovechamiento de residuos como las escorias siderúrgicas, como para dispositivos de minimización de las emisiones o los equipamientos contra la emisión sonora.