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En una región donde sólo once personas tienen una fortuna superior a los 30 millones de euros, Asturias aporta el 3,17 por ciento de los ricos españoles con un patrimonio de entre 500.000 y 1,502 millones de euros, pero en conjunto sólo suman el 2,38 por ciento del total de riqueza acumulada por los españoles en esos mismos niveles patrimoniales. En el tramo de entre 1,502 y 6,01 millones de euros, el Principado reúne al 3,13 por ciento de los acaudalados del país, pero el 2,45 por ciento del patrimonio que reúne ese tipo de personas en España. Los asturianos en la franja de entre 6,01 y 30,05 millones de euros representan el 1,92 por ciento del conjunto nacional, pero acumulan sólo el 0,13 por ciento de la fortuna que atesoran los españoles en esa misma situación económica. Y en cuanto a los niveles de riqueza individuales por encima de los 30,05 millones de euros, los asturianos son apenas el 1,7 por ciento del total, pero la suma de su riqueza sólo representa el 1,2 por ciento.

Santander Banca Privada constató que el año pasado, y pese al aumento de la renta disponible, el ahorro cayó en España debido al elevado incremento del gasto familiar. Sin embargo, su previsión es que la desaceleración económica actual «implique una importante moderación del consumo, lo que hará repuntar la tasa de ahorro». En cuanto a las preferencias del cliente de banca privada entre unos u otros activos financieros para invertir sus ahorros, el informe destaca que se observa un incremento moderado de los activos más seguros -efectivo, depósitos y renta fija- y de acciones cotizadas, una tendencia que no difiere en general de la tónica del cliente asturiano, según Manuel Pérez, director territorial de Banca Privada del Santander para Asturias.

El «notable crecimiento del PIB asturiano, por encima de la media nacional en los últimos cinco años», que ha supuesto un acercamiento de Asturias a la media nacional, está permitiendo no sólo un aumento significativo de los ciudadanos con patrimonio líquido (recursos monetarios e inversiones financieras) igual o superior a 500.000 euros, sino, según Pérez, un crecimiento más acusado de los clientes de banca privada de alto nivel. «Aunque todavía son menos, estamos notando que en Asturias están creciendo más los clientes con patrimonio superior a 1,5 millones de euros que los que se sitúan por debajo de esa cifra, y ello tanto en número de titulares como en volumen de patrimonio manejado».

El perfil habitual del cliente asturiano de banca privada es el de un inversor prudente y conservador y que a la vez da mucha importancia a la optimización fiscal.

El cliente tipo asturiano, en un porcentaje elevado, posee su patrimonio, bien propio o de origen familiar, desde hace tiempo. En la mayor parte de los casos, explica Manuel Pérez, se trata de patrimonio heredado o generado por una actividad económica o profesional, pero últimamente han empezado a notarse más los recursos elevados generados por la venta de fincas, terrenos, inmuebles y participaciones en empresas.