Oviedo, L. GANCEDO

La Asturias industrial es cada vez menos minera y más metalúrgica. El metal, que con el carbón está en la raíz de los cambios económicos de la región en el último siglo y medio, gana empleo, negocio y es la actividad productiva más hecha a los cambios tecnológicos y a la competencia en los mercados exteriores. Pero encara un problema de calado que alarma a empresas y Administración: el relevo generacional. En torno al 10 por ciento de las plantillas de la industria asturiana del metal está muy cercano a la jubilación y el sector no encuentra profesionales para cubrir esos puestos.

Un reciente informe del Servicio Público de Empleo del Principado hace una aproximación al alcance de una dificultad que se repite en otras actividades económicas de la región -la construcción, entre ellas- y que está conectado con el genérico mal del envejecimiento demográfico de Asturias. «Los últimos datos (...) no son nada halagüeños: entre 2002 y 2017, el Principado habrá perdido 10.700 personas menores de 18 años y ganará, por el contrario, 16.400 personas de más de 65 años. Habrá muchos más viejos y menos jóvenes, y dentro de doce años uno de cada cuatro asturianos estará ya en edad de jubilación», escriben los autores del «Estudio ocupacional del metal en Asturias» acerca del comportamiento previsto en la pirámide de población de la comunidad, con una base cada vez más estrecha.

El impacto en el metal se mide en el mismo documento tomando como referencia otro trabajo de Sadei y se concluye que hay del orden de 3.400 trabajadores experimentados y con cualificación que accederán a corto plazo a la jubilación. La edad media de los trabajadores del sector en 2007, se añade, estaba por encima de los 44 años.

Dice Álvaro Alonso Ordás, secretario de la patronal Femetal, que no hay problema que más preocupe a los empresarios asturianos del metal como las dificultades para encontrar trabajadores con la formación necesaria. Ni los retos del mercado global ni la permanente obligación de adaptarse a las innovaciones tecnológicas inquietan más. «Éste es un sector acostumbrado desde siempre a competir», expone. Y añade: «Hay buenos centros de formación profesional en Asturias, pero pocos jóvenes se matriculan».

Algo falla si los jóvenes asturianos no muestran interés por un sector con retribuciones superior a otros y una estabilidad laboral también sobresaliente, con proporciones de contratos indefinidos del 80% en varias de las ramas. El del metal es además, se anota en el estudio del Servicio de Empleo, «un mercado laboral en crecimiento». Está por encima de los 35.000 empleados y mantiene un tono de actividad que por ahora no se ha resentido seriamente, afirman en Femetal, del deterioro general de la economía. Aunque los pedidos garantizados caen.

El informe viene a determinar que el escaso interés de los jóvenes por los trabajos en el metal se explica, en parte, por «una visión social inadecuada». Existe, concluyen los autores, un «desconocimiento del sector en cuanto al tipo de puestos de trabajo que puede ofrecer». Un vistazo a las ofertas de empleo que el Inem autonómico publicita en internet (www.trabajastur.com) permite constatar que las empresas del metal son mayoritarias entre las que buscan trabajadores.

Patronal y Administración comparten iniciativas para alentar la incorporación de mujeres al sector. Las empresas también se han dirigido al extranjero, a países del este de Europa y de Latinoamérica para «fichar» a profesionales experimentados. La primera de las recomendaciones que hace el comentado informe es la siguiente: «Mejorar la imagen del sector metal y hacerlo más atractivo para el conjunto de la ciudadanía, particularmente a colectivos con posibilidades de empleabilidad: mujeres, inmigrantes».