Oviedo, J. L. S./ E. L.

¿Qué cosa será esa que, en términos económicos, se nos viene encima? ¿Está la economía española, como dice Pedro Solbes, ante un proceso de «des aceleración rápida» o, como reconoce el ex presidente Felipe González, a esta situación «se puede y se debe llamar crisis»? Desde que el verano pasado las «hipotecas basura» de Estados Unidos comenzaron a sembrar la desconfianza en los mercados financieros internacionales y los indicadores de crecimiento empezaron a resentirse, se multiplicaron los términos con los que denominar al giro que tomaban los asuntos económicos. Desde un casi inocuo «cambio de escenario» a un áspero «recesión». ¿Y qué nombre prefieren los principales agentes sociales de Asturias?

Severino García Vigón, presidente de la Federación Asturiana de Empresario (FADE), rechaza entrar en una guerra de denominaciones por considerarla cargada de intencionalidad política pero, si hay que elegir, considera que no se puede hablar de situación de crisis. «Si estamos hablando de un crecimiento cercano al 2%, una cifra que para sí quisieran los Estados Unidos, no podemos hablar de crisis. Si Estados Unidos tuviera este crecimiento dirían que todo iba bien».

Vigón considera que es innegable ver un nuevo contexto económico en el que el crecimiento se ha ralentizado «pero no podemos poner el carro antes de los bueyes». Y lanza una severa advertencia: «En esto es necesario un poco de responsabilidad. Ante una situación económica en la que sí que existe una crisis de confianza no podemos decir que todo va mal, no sea que todo acabe yendo mal». García Vigón cree que los puntos de vista negativos «no se corresponden en absoluto con la situación de la economía real».

A la hora de bautizar el nuevo escenario económico, el secretario general de UGT, Justo Rodríguez Braga, toma un camino intermedio entre la crisis total de Felipe González y la «desaceleración rápida» de Solbes. Rodríguez Braga califica la situación económica como una «desaceleración» que en algunos sectores de actividad, como es el caso de la construcción, puede llamarse crisis. «Debemos ser conscientes de que, por el momento, a Asturias nos toca menos», afirma el ugetista. La solución que plantea el líder sindical para salir de esta situación de desaceleración es que se respeten la subida de los salarios y apostar por un cambio de modelo productivo basado en la investigación y el desarrollo (I+D) como elementos que contribuyan a paliar este cambio de ciclo económico. Rodríguez Braga señala que «desde UGT nuestra intención no es ni mucho menos contribuir a infundir más alarmismo, ya que lo que debe hacerse en este momento es aunar los esfuerzos».

El secretario general de Comisiones Obreras en Asturias, Antonio Pino, asegura que la economía española está entrando a una mayor velocidad a una situación de crisis. Pino asegura que el Gobierno se verá obligado de nuevo a corregir su tasa de crecimiento. De hecho, a juicio del líder de CC OO, a la Administración nacional le han faltado reflejos para afrontar esta crisis para buscar fórmulas que pongan medidas contra el aumento del paro. El líder de CC OO afirma que «estamos entrando en una crisis de forma galopante, de la que se habla que afectará menos a Asturias, aunque también nos va a tocar, y sobre todo en algunos aspectos como el aumento del desempleo». Y añade: «Esto va a tener perjuicios, y sobre todo debido a la falta de agilidad de la Administración para poner las medidas necesarias en marcha».