Oviedo, Luján PALACIOS

José Manuel López López, uno de los más importantes abogados laboralistas en la lucha contra el franquismo y un destacado militante del Partido Comunista durante la dictadura, falleció ayer en su domicilio madrileño a los 78 años.

López defendió a Santiago Carrillo, a Horacio Fernández Inguanzo, a Juan Muñiz Zapico, «Juanín»; a Vicente Álvarez Areces y a José Manuel «Pin» Torre Arca, entre otros, en diversos juicios del Tribunal de Orden Público, el principal instrumento represivo de la actividad sindical y política de la etapa final de la dictadura, que se mantuvo en vigor hasta 1976.

Fue uno de los precursores del despacho laboralista de la calle Atocha de Madrid, tristemente famoso por la matanza de varios abogados laboralistas perpetrada en 1977 por la Alianza Apostólica Anticomunista. Tuvo también una conocida oficina en la madrileña calle Hermosilla.

José Manuel López tuvo una estrecha relación con Asturias a través del Partido Comunista y de la defensa de varios presos políticos asturianos. La relación con el presidente del Principado, muy cercana, le llegó a través de su hermana, Nieves, y su cuñado, José Manuel «Pin» Torre Arca, que le conocieron en París en los años cincuenta.

Vicente Álvarez Areces tuvo una estrecha relación con Manolo López, quien, además, lo defendió en varios juicios de Orden Público. Hace algunos años, el jefe del Ejecutivo asturiano participó en un homenaje en Galicia que le brindaron a Manolo López sus antiguos compañeros de militancia en el PCE y varios de los presos políticos que había defendido. Para Areces, Manolo López era «más que un amigo». Por eso, ayer se mostró «profundamente afectado y triste» por la noticia de su fallecimiento.

Todo el archivo personal de José Manuel López fue donado hace unos años a la Fundación 10 de Marzo, de la que López fue director. Este archivo incluye, fundamentalmente, expedientes de defensa de militantes antifranquistas ante Orden Público y expedientes de demandas ante la magistratura de Trabajo, incluidos datos referidos a detenciones e informes de las Brigadas de Investigación Social de las comandancias de la Guardia Civil, de las defensas de los abogados y las sentencias del Tribunal de Orden Público.

José Manuel López también mantuvo una estrecha relación con Marcos Peña, actual presidente del CES e inspector de trabajo; con Julián Ariza, histórico sindicalista y fundador de CC OO; con José María Fidalgo, secretario general de CC OO, y con Nicolás Sartorius, cofundador de CC OO y miembro del Partido Comunista de España, diputado nacional y ex portavoz de IU en el Congreso.

Además, trabajó junto con José Ramón Herrero Merediz, político y abogado gijonés condenado bajo los términos de rebelión militar por un tribunal castrense a 14 años de prisión, actualmente militante en la dirección del Partido Comunista de Asturias, así como con Manuel García González, «Otones», reconocido luchador comunista y antifranquista.

La última vez que José Manuel López hizo declaraciones públicas fue en junio del año pasado, durante el homenaje que se brindó en honor de Juan Muñiz Zapico. José Manuel López no quiso faltar al homenaje de su amigo Juanín, un momento para el recuerdo de los casos que le hicieron famoso, como el de Horacio Fernández Inguanzo, al que defendió por primera vez en un juicio para revisar una condena por rebeldía de 20 años y un día.