Oviedo / Gijón,

M. CASTRO / L. GANCEDO

El Ministerio de Industria trabaja con la previsión de que a corto y medio plazo no se harán en España más centrales eléctricas alimentadas por gas (ciclos combinados) que los que ya se encuentran en obras. Esa expectativa, que ayer confirmó en Oviedo un alto cargo del departamento de Miguel Sebastián, amplifica las incertidumbres sobre la expansión del sector energético asturiano que promueve el Gobierno regional. Su presidente, Vicente Álvarez Areces, aseguró, sin embargo, que «los ciclos combinados se van a desarrollar». Están en tela de juicio tres proyectos de centrales de gas (Corvera, Mieres y El Musel), que suponen unos 1.100 millones de euros de inversión.

«Las decisiones corresponden a las empresas, pero nuestra previsión es que no se pongan en marcha más ciclos combinados que los que están en construcción», señaló Francisco J. Maciá, subdirector general de Planificación Energética del Ministerio, sobre el sistema eléctrico español en su conjunto. El negocio de la generación de kilovatios está liberalizado en España y corresponde a las eléctricas decidir sobre sus inversiones y dónde las hacen. Ahora bien, el alto funcionario de Industria dio a entender que, con la expectativa de demanda para la próxima década y el fuerte desarrollo de las energías renovables que se espera, no salen las cuentas para hacer más centrales de gas en España. «Me extrañaría mucho que se hicieran», añadió Maciá en conversación con este diario.

Asturias tiene una central en funcionamiento (Soto 4, de HC, en Soto de Ribera) y otra en obras (Soto 5, también de Hidrocantábrico). Si se cumplen en Asturias los pronósticos que el Ministerio extiende a toda España, ahí se pararía la ejecución de un plantel de proyectos que llegó a sumar al principio hasta una docena de ciclos combinados, asociados al funcionamiento de la futura planta de regasificación de El Musel. Los que llegaron más adelante en la tramitación son los de Corvera (860 megavatios y 500 millones de inversión), Mieres-La Pereda (410 megavatios y 200 millones) y El Musel (860 megavatios y 400 millones).

Las empresas no han dicho de manera abierta que piensen desistir de esas inversiones, pero ya han ralentizado varios proyectos. ESBI ha aparcado el inicio de las obras de Corvera hasta dentro de un año y Endesa ha aplazado los planes que comparte con Hunosa para La Pereda. Su interés por El Musel, al igual que el de HC, también se ha enfriado. El consejo de administración del puerto gijonés aplazó el miércoles de nuevo la adjudicación de los terrenos para una gran central eléctrica que, además, el Gobierno regional considera clave para las cuentas futuras de la dársena, lastradas por los sobrecostes de la ampliación portuaria.

La caída de la demanda eléctrica por la crisis y la expectativa de que no se recupere con la fuerza de antes durante los próximos años, así como las dificultades de acceso a la financiación, han llevado al sector eléctrico a recortar sus planes de nuevas centrales. La patronal del kilovatio, Unesa, ya avisó meses atrás de que la inversión se iba a frenar. Francisco Maciá, del Ministerio, dio a entender ayer que, además, el problema no es pasajero, sino de modelo energético. «Será difícil que entren más ciclos combinados de aquí a 2020», señaló a este diario el alto cargo de Industria, que está en la primera línea de la cercana revisión del plan energético del Gobierno. La tesis es que, ante el empuje de las energías renovables, se irá reduciendo lo que en jerga eléctrica se llama el «hueco térmico», la parte de la demanda que se cubre con centrales de gas y carbón.

Las hipótesis del Ministerio colisionan con las del Gobierno asturiano, que tiene en la expansión del sector energético una de las apuestas medulares de su política industrial. Preguntado sobre el retraso en la adjudicación de la central de El Musel, el presidente Areces respondió: «La crisis pudo haber ralentizado los proyectos de ciclos combinados, pero ninguna empresa, absolutamente ninguna, y lo ratifico hoy, ha renunciado a los proyectos que tiene planteados. Y eso quiere decir que se van a desarrollar, manteniendo las expectativas de que tendremos un cambio de modelo energético verdaderamente singular».

Ese modelo pivota en buena medida sobre la regasificadora de Gijón, que se concibió en parte para atender la demanda de gas de los futuros ciclos combinados. ¿Tiene sentido si no se hacen los previstos? Francisco Maciá respondió que la planta de El Musel, ya en obras, es estratégica para el sistema gasista nacional y que está justificada, se hagan o no más centrales eléctricas.