Oviedo, Agencias

El Banco de España asegura que la propuesta del Gobierno de elevar la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67 puede contribuir de manera «significativa al equilibrio financiero del sistema público de pensiones». En su último boletín económico del mes de enero, el organismo regulador asegura que es necesario que se acometan reformas estructurales para superar la crisis y restablecer el crecimiento y la generación de empleo, y estima de «especial transcendencia» las referidas a la sostenibilidad del sistema de pensiones.

La entidad, que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez, indica que aunque las propuestas de reforma del Gobierno están pendientes de concretar en un futuro muy inmediato, son, junto con la rebaja del déficit, el «principal instrumento» para recuperar la actividad económica y conseguir crear nuevos puestos de trabajo.

«A esta necesidad responde el hecho de que el Gobierno haya acompañado sus compromisos de austeridad, para asegurar la recuperación de una senda hacia la estabilidad de las finanzas públicas, con el anuncio de reforma de las pensiones», explica el Banco de España. Con este aval, el Gobierno sigue sumando apoyos a su propuesta de ampliar la edad de jubilación. Hasta la fecha, han respaldado la medida la OCDE -el conocido como club de los países desarrollados- la patronal española así como algunos apoyos representativos del sector bancario, como el del presidente del Santander, Emilio Botín. Por el contrario, los sindicatos rechazan de plano la medida.

Lo que sí que quiso dejar zanjado ayer el Gobierno fue su compromiso de que no ampliará a 25 años el período de cálculo de las pensiones. De esta forma, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, aseguró que no es «necesaria» esta ampliación pues, según afirmó, «los mismos efectos» que conllevaría esta medida «se pueden conseguir técnicamente con otras fórmulas».

Granado subrayó que los efectos que se conseguirían subiendo a 25 años el período de cálculo de la pensión «no serían en ningún caso de ahorro de gastos», como se ha apuntado desde algunos sectores, ya que, si fuera así, haber elevado este período desde los dos a los quince años habría supuesto a la Seguridad Social un ahorro de 7 puntos del PIB, cosa que no ha sucedido, puntualizó.

Además, sobre la evolución del empleo el Banco de España aseguró que en 2009 se destacó que el retroceso de la actividad económica repercutió en todas las ramas productivas, con especial incidencia en la industria y la construcción. Esto supuso una «intensificación del proceso de destrucción de puestos de trabajo, de singular intensidad a principios de 2009, que situó la caída media de la ocupación durante todo el ejercicio en el 6,7 por ciento, cifra más pronunciada que la registrada en ciclos recesivos previos». Este deterioro de las expectativas de empleo incidió sobre la oferta laboral, que tuvo crecimientos cada vez más moderados, hasta registrar un retroceso en el cuarto trimestre, que contrasta con el «dinamismo» de años anteriores, se precisa en el boletín.

En este contexto, la tasa de paro, según los datos recogidos en la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2009, se situó en el 18,8 por ciento, a pesar del «drástico cambio» en la dinámica de la oferta laboral por la significativa reducción de las entradas de inmigrantes.

De los costes laborales, el Banco de España dice que en 2009 mostraron una cierta moderación, aunque «insuficiente» desde el punto de vista de la magnitud del ajuste del empleo y de la evolución de los precios finales.