Esta semana, las caídas en Bolsa han continuado la tónica de las semanas anteriores. La crisis no pasa desapercibida para los mercados, por lo que hemos asistido a un aumento de la volatilidad y a un castigo en Bolsa más intenso en los países de la periferia del euro frente al núcleo. En este escenario, el principal beneficiado es el dólar, que se convierte de nuevo en activo refugio y se aprovecha de la desconfianza en la «zona euro».

Por si esto fuera poco, el Ibex ha tenido un comportamiento peor respecto al resto de los índices bursátiles. Por tres motivos: la petición de la comunidad financiera de un plan de consolidación fiscal exhaustivo y de mayor alcance, las muestras de fragilidad que siguen patentes en los fundamentos macroeconómicos en España (otro ejercicio de crecimiento negativo del PIB en 2010) y la debilidad del mercado laboral. Factores que generan dudas sobre el sostenimiento de las cuentas públicas y sobre el impacto que el repunte de la morosidad pueda tener en los bancos.

El famoso riesgo soberano («venda España» se dice en los mercados) se ha hecho patente esta semana en Portugal y España. Los inversores han ido buscando refugio en la deuda de Alemania, por lo que el diferencial con nuestros bonos se amplía, lo que se conoce como la «prima de riesgo». Es decir, las dudas que algunos países siembran sobre cómo van a financiar los déficits públicos les está encareciendo el coste de financiarse con deuda pública. Aunque el problema no es el elevado déficit, ya que muchos países están en la misma situación tras los fuertes planes de estímulo que se aplicaron en 2009. Más bien, el mercado necesita la presentación de un plan creíble y convincente que permita vislumbrar la consolidación fiscal en los próximos años.

La virulencia de las turbulencias en Bolsa ha oscurecido el impacto de las reuniones de política monetaria del BCE y del Banco de Inglaterra. El BCE volvió a adoptar un discurso muy cauto, que sirvió al mercado para retrasar mínimamente el calendario esperado de subidas de tipos (continuamos situando la primera subida en el cuarto trimestre de 2010). Por su parte, el Banco de Inglaterra confirmó que no va a ampliar su programa de compra de activos.

De cara a la semana que viene, la atención volverá a centrarse en los datos macroeconómicos, ya que no habrá muchas compañías que presenten resultados. El dato del paro en EE UU es una referencia clave para los inversores, por la importancia que tiene en el consumo y, por tanto, en el crecimiento. Por otro lado, aunque el castigo sufrido estas últimas semanas ha sido ya muy fuerte, no se descarta que continúen las bajadas. Habrá que estar muy atentos y vigilantes.