Bruselas / Oviedo, Agencias

El primer ministro de Grecia, el socialista Papandreu, sentenció ayer que su país sólo tiene dos caminos: «o hacer grandes sacrificios, o la catástrofe». Los países de la Eurozona estaban ante otra disyuntiva: o respaldaban a Grecia con una enorme inyección de recursos, o la inminente bancarrota helena amenazaba con producir un grave seísmo bajo los pies de las economías del euro. Los ministros de Finanzas escenificaron ayer la determinación del Eurogrupo de ir al rescate de Grecia en los siguientes términos: de manera coordinada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Estado griego recibirá préstamos «blandos» por valor de 110.000 millones de euros. A España le corresponde poner 9.792 millones.

Superadas en apariencia las dudas de las últimas semanas, sobre todo por las reticencias del Gobierno alemán de Angela Merkel, los ministros aprobaron el mecanismo de ayuda a Grecia, que en contrapartida anunció un severo programa de ajuste con recortes de empleo público, pensiones, salarios y otras medidas que empobrecerán a los griegos y pondrán a dieta a una economía que, ha anticipado el Gobierno de Papandreu, continuará en una profunda recesión, con una caída del 4% del PIB en 2010, en buena parte debido al recorte del gasto público.

El plan de rescate supone que los demás países de la eurozona aportarán a Grecia 80.000 millones entre 2010 y 2012; será mediante préstamos bilaterales a un interés del 5%. El FMI pondrá 30.000 millones más. La cifra total casi cuadruplica los 30.000 millones que el eurogrupo ofreció a Grecia a mediados de abril, pero se queda por debajo de otras que se barajaron durante estos últimos días (hasta 135.000 millones) y de las cantidades que en los mercados globales se consideraban necesarias para atajar el problema griego, y restaurar la estabilidad de la eurozona. Presumiblemente, la reacción de las bolsas indicará hoy cuál es el veredicto del poder financiero.

El acuerdo deberá ser ratificado en una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno durante los próximos días, pero los ministros de Finanzas activaron ya formalmente el mecanismo de asistencia financiera, tal como pidió el Gobierno griego el 23 de abril. Ello permitirá que el dinero vaya llegando a Grecia a medida que los diferentes países completen sus respectivos trámites nacionales.

La ministra de Economía española, Elena Salgado, confirmó que la aportación del país al rescate de Grecia será de 9.792 millones de euros para el trienio 2010-2012, de los cuales 3.672 millones se desembolsarán este año. La participación española supone el 12,24% de los 80.000 millones que corresponden a los países del Eurogrupo y viene a ser semejante al peso que tiene la economía española en el PIB conjunto de la eurozona.

La Ministra afirmó también que, a diferencia de otros estados (Alemania entre ellos), la aportación española no tendrá que pasar por el Parlamento, sino que puede ser aprobada «mediante un decreto ley». Ocurrirá así, «previsiblemente, el próximo día 7», dijo Salgado, para poder «disponer inmediatamente de la ayuda a Grecia».