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-La reforma financiera parece incumbir sólo a las cajas, cuando los bancos también están sujetos a la elevada morosidad, exposición al «boom» inmobiliario, mayores requerimientos de capital, etcétera. ¿Hay prejuicios ideológicos hacia las cajas?

-Lo importante es el sistema financiero en su conjunto (bancos, cajas y cooperativas), y ahí no vemos riesgos sistémicos ni problemas generalizados. Puede haber algún caso concreto de sobredimensionamiento o de excesiva dependencia del sector inmobiliario, pero que no afecta a todo el sistema; pero la diferencia es que las cajas han demostrado que no tienen capacidad de captar capital, mientras que los bancos pueden pedirlo -y algunos ya lo han hecho- a sus accionistas. Por eso hemos creado el fondo de reestructuración ordenada bancaria (FROB), que es un mecanismo de capitalización. Las cajas son el 50% del sistema financiero. No demonizamos a ninguna entidad en concreto, sino que facilitamos vías de capitalización y demandamos que sean muy profesionales y que tengan capacidad de captar recursos para que puedan fluir el ahorro y el crédito.

-¿Darán derechos políticos (capacidad de voto) a las cuotas participativas de las cajas?

-Nos hemos dado de plazo hasta el 31 de julio para la reforma de la ley de cajas, pero nuestra prioridad es profesionalizar la gestión y posibilitar la captación de recursos por las entidades, porque vamos a un régimen regulatorio internacional que va a exigir más capital y de mayor calidad. Oiremos a las cajas.

-¿Se respetará su actual naturaleza jurídica? Algunas cajas temen que se las «bancarice».

-Las cajas son entidades de crédito, como los bancos. Ésa es su actividad. Por eso lo prioritario es profesionalizar la gestión y darles posibilidades de captar capital.

-Salvo la integración de CCM en Cajastur, y las llamadas «virtuales», las fusiones de cajas de distintas comunidades no se están produciendo. ¿Les inquieta?

-Las cajas son entidades privadas, y lo importante para el Gobierno es que sean eficientes y que las que acudan al FROB tengan un plan de viabilidad y hagan un uso eficiente de los recursos del fondo.

-¿Rectificó el Gobierno en la reforma de las pensiones?

-No. Una cosa es la propuesta de reforma de las pensiones que el Gobierno envió al Congreso a petición de la subcomisión del Pacto de Toledo y otra, el plan de estabilidad y crecimiento que mandamos a Bruselas. Bruselas reclama a los 27 estados -está así tasado- que hagan un ejercicio de simulación de sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo. En nuestro programa se enviaban unos cálculos sobre períodos de cotización que computan para el cálculo de las pensiones, años de cotización para obtener la prestación máxima, etcétera, pero estos cálculos no eran una propuesta, sino una simulación. Se malinterpretó.

-¿Sienten que hay un hipercriticismo en España sobre la gestión de la crisis por el Gobierno?

-Es difícil evaluarlo, pero cuando hablo con líderes internacionales percibo que en sus países ocurre algo similar. Esta crisis es tan grande que los ciudadanos creen que no puede ser que a los demás países les vaya tan mal como a ellos.

-España creció una décima en el primer trimestre, y en los indicadores económicos se aprecia un punto de inflexión. ¿Se mantendrá este esbozo de recuperación?

-Hay un punto de inflexión, y la perspectiva es que mejore, pero el futuro es impredecible. Pueden surgir contratiempos. Prevemos un crecimiento suave del PIB este año y que mejore a partir de fin de año.

-¿La subida del IVA el 1 de julio y ahora el recorte de gasto público no tendrán efecto negativo?

-Sí, pero hay una mejora clara en el contexto internacional y se está apreciando también una recuperación de la economía privada en España: exportaciones, turismo, industria manufacturera y otros.

-Ya está creciendo la afiliación a la Seguridad Social, pero sigue haciéndolo el paro. ¿Cuándo prevé creación neta de empleo?

-Algún sector ya registra creación neta de empleo, pero sigue la destrucción en la construcción residencial. Los sectores que ya crean empleo lo intensificarán, y el de la construcción destruirá cada vez menos. La tasa de paro media esperada estará en el entorno del 19%.

-¿Pero cuándo volveremos a los 20 millones de ocupados que había justo antes de la crisis?

-Es difícil poner una fecha, pero el objetivo es conseguir una senda de crecimiento alta y duradera que permita llegar de nuevo a esa cifra.

-¿Pueden dañar la recuperación las actuales perturbaciones en los mercados?

-Hemos visto disfunciones importantes y con volatilidad. De continuar, pueden perturbar, y no sería bueno para consolidar un patrón de salida, pero fluctuaciones esporádicas en el corto plazo no deberían afectar a la recuperación a medio plazo.

-¿Estuvo la semana pasada en grave riesgo el sistema monetario europeo?

-Hubo hasta el domingo (día 9) una preocupación e incertidumbre sobre cómo afectarían a los países las fuertes distorsiones sobre la deuda soberana. De ahí, el paquete de medidas excepcionales aplicadas.

-¿Esta crisis puede contribuir a superar la debilidad congénita del euro: una moneda que no responde a una única política fiscal?

-Sin lugar a dudas. El Ecofin va a trabajar precisamente en diseñar mecanismos que permitan fortalecer el sistema de vigilancia para coordinar las políticas económicas y que no surjan desequilibrios que amenacen la estabilidad del euro.

-¿España es una amenaza para el euro?

-No.

-El G-20 se había comprometido a revisar la regulación del capitalismo, pero los especuladores siguen a sus anchas. ¿Los «hedge funds», que han estado atacando al euro, a España y a otros países de la zona, son malvados o actúan sólo con lógica económica?

-Una cosa son las reglas para reforzar el sistema financiero, la transparencia, la responsabilidad, o contra el uso de información privilegiada o intencionada, ahí se está trabajando y se trabajará. Por otro lado, están las percepciones de los mercados financieros, que responden a expectativas y buscan la rentabilidad. Se basan en factores que en unos casos son objetivos y en otros, subjetivos. Son personas que invierten con un objetivo claro, que es la rentabilidad.

«Hay un punto de inflexión en la economía, y la expectativa es que mejore, pero puede haber contratiempos»

«Esta crisis es tan grande que los ciudadanos creen que no puede ser que a los demás países les vaya tan mal como a ellos»