Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Cajastur está en el centro de las principales negociaciones para la fusión de cajas. Fuentes del sector financiero confirmaron ayer que la entidad asturiana mantiene conversaciones con la vasca Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) y con la alicantina Caja del Mediterráneo (CAM) en busca de un acuerdo que convertiría a la caja resultante en la tercera de España, por detrás de La Caixa y Caja Madrid. Pero además, Cajastur sigue manteniendo los contactos con al menos otras cinco cajas para intentar crear un Sistema Institucional de Protección (SIP), también conocido como fusión fría o virtual. Caja Murcia, que había participado en estas conversaciones, en estos momentos está fuera por desavenencias con Cajastur.

Las conversaciones entre cajas de ahorro se han intensificado en los últimos días, sobre todo tras las advertencias del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de que el 15 de junio se acababa el plazo para que tuvieran resuelto su futuro. Aquellas que tengan problemas y no cuenten con socios solventes, serán intervenidas. El 30 de junio se acaba el plazo para solicitar las ayudas del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) y el sector debe estar ya reorganizado. La autoridad monetaria ha dejado bien claro que no está dispuesta a poner en peligro el sistema financiero español por falta de medidas de corrección.

La intervención de Cajasur en la madrugada del pasado viernes al sábado fue interpretado como «un claro mensaje a todo el sector», aseguraron distintas fuentes. Así que se desató la fiebre de la negociación. «Todo el mundo habla con todo el mundo, y lo que hoy parece que va a llegar a buen puerto, a lo mejor mañana no vale. Pero está clara que el próximo día 15 tiene que estar resuelto este asunto», explicaron.

Cajastur lleva meses negociando una SIP con otras cajas, algunas con más interés que otras en función de sus circunstancias. Pero básicamente son Caja Cantabria, Caixa Baleares, Caja Extremadura, también Caja del Mediterráneo (CAM) y Caja Murcia, al igual que Caja Granada y últimamente Caixa Penedés.

Por el camino hubo encuentros y desencuentros. Y noviazgos como el de CAM y Cajamurcia, que dejaron al resto para intentar una fusión que todo el mundo creyó lista el pasado fin de semana tras arduas negociaciones hasta la madrugada. Pero de repente todo se rompió y no hubo boda.

Ahora las relaciones entre la caja murciana y Cajastur «se han enfriado», según algunas fuentes. Otras aseguran que «están totalmente rotas» porque la entidad asturiana exigió a Cajamurcia que pusiera sobre la mesa todos los datos, «a lo que se negó, por lo que los contactos se pueden dar ya por inexistentes».

Por contra, la CAM parece que ha encontrado otro aliado, en este caso la vasca BBK, unas negociaciones en las que también participa Cajastur. La entidad asturiana es más rentable que la vasca, pero ésta tiene ratios de solvencia mejores. La CAM tiene una situación muy difícil de la que saldría más o menos airosa al presentar ante el Banco de España socios tan fiables.

La Caja del Mediterráneo corre además el riesgo de ser absorbida por Cajamadrid, una opción que tiene el visto bueno del organismo regulador y que se llegó a plantear como una seria posibilidad con Miguel Blesa, el antecesor de Rodrigo Rato al frente de la caja madrileña.

«Nadie sabe cómo va a acabar esto. Que se esté negociando no significa que vaya a haber fusión. Pero sí es verdad que todo el mundo está en conversaciones», aseguraron a éste periódico fuentes próximas a las negociaciones.

Cajastur mantiene su discurso ya habitual desde que se inició la reordenación del sistema financiero. Ni confirma ni desmiente los contactos con otras entidades. Ayer, en un intento más, la respuesta fue la misma: «Estamos centrados en la finalización del proceso con CCM, pero seguimos atentos a todas las oportunidades que se planteen».