Madrid / Oviedo, Agencias

El anuncio del PNV de que votará contra el decreto de las medidas de ajuste de Zapatero ha colocado al Gobierno al borde del precipicio. Un solo voto puede permitir hoy que el Congreso convalide el «tijeretazo», siempre que CiU se abstenga y no se sume a los votos en contra que ya han anunciado PP, PNV, ERC-IU-ICV, BNG, Na-Bai y UPyD. Para ello, el Grupo Socialista no puede permitirse ni una sola ausencia y ningún error.

Los 153 diputados populares, 6 del PNV, 5 de ERC-IU-ICV, 2 del BNG y las parlamentarias de Nafarroa Bai y UPyD acumulan 168 votos en contra del decreto de recortes aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros, sólo uno menos que los 169 escaños que tiene el PSOE en el hemiciclo.

Por tanto, siempre que no haya ninguna ausencia, el decreto del Gobierno sólo contaría con un voto de más para ser aprobado. En el Grupo Socialista han saltado todas las alarmas y su portavoz, José Antonio Alonso, exhortó a todos sus diputados a que no falten al Pleno, ya que la votación es «muy importante» para el Gobierno, informa «Efe».

CiU es quien tiene la clave para saber si el decreto sale o no adelante. El presidente Zapatero y Elena Salgado mantuvieron hasta última hora conversaciones con este grupo dividido sobre qué postura adoptar, aunque anoche todo parecía apuntar a que CiU optará por la abstención, lo que permitiría a los socialistas salvar el decreto in extremis, siempre y cuando no haya un voto afirmativo desde el grupo catalán.

Los diputados del PNV han estado dudando, pero, finalmente, se han decantado por el «no», mientras que las abstenciones seguras son las de los representantes de Coalición Canaria y UPN. Iñigo Urkullu explicó que ellos no aceptan que los vascos tengan que «tomar el café amargo» del recorte cuando ellos han hecho los deberes. IU advirtió de que no es el momento para unas elecciones.

El PP aseguró que la votación demostrará «la soledad del Gobierno» por su «falta de diálogo y de capacidad para el acuerdo». Una derrota socialista no deterioraría la imagen de España, pero sí la de Zapatero, según el principal partido de la oposición, porque «es importante tener un liderazgo y un Gobierno que sepa adónde dirigirse».

Rajoy preparó a fondo con su equipo económico el trascendental debate en el que sólo intervendrá si lo hace Zapatero. Soraya Saenz de Santamaría auguró que el «decretazo» será el principio del fin del Gobierno. Desde CiU Duran i Lleida dijo que el PP se equivocará, porque Europa ya no confía en Zapatero y estará mirando a la oposición.

El «no» del Parlamento forzaría la tramitación el decreto como proyecto de ley, lo que implica la presentación de enmiendas y un gran retraso en la entrada en vigor de las medidas anticrisis, lo que transmitiría a los mercados una imagen de inestabiliad e España y el descrédito de Zapatero, quien podría verse obligado a cambiar el Gobierno o a convocar elecciones.