El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha rechazado hoy la presión del Gobierno para cerrar la negociación de la reforma laboral antes del final de la semana que viene, y ha dicho: "A nosotros los plazos y límites del Gobierno ni nos acucian ni nos obstaculizan".

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, quería cerrar este mes el diálogo social con los sindicatos y la patronal sobre la reforma laboral, aunque hoy ha abierto la puerta a prolongar las negociaciones una semana más.

En el marco de la XXVI Jornada del Círculo de Economía que tiene lugar estos días en Sitges (Barcelona), el líder sindical ha reiterado su voluntad de llegar a un acuerdo que sea "útil" para la economía, pero ha advertido de que el acuerdo debe "proteger la economía real y no pretender contentar a los mercados financieros".

En este sentido, Méndez ha señalado que los mercados financieros "van y vienen en función de sus intereses a corto plazo, mientras que la economía real es la que mantiene el empleo y garantiza la capacidad productiva", por lo que ha afirmado que "si el acuerdo sirve para la economía real estaremos en él, pero de lo contrario será muy difícil que lo adoptemos".

Por otro lado, el dirigente de UGT ha lamentado las medidas del Gobierno que "asestan un golpe muy duro a las posibilidades de recuperación de la economía y penalizan a los pensionistas, empleados públicos, dependientes, trabajadores y empresas en reconversión".

Aún así, Méndez se ha mostrado dispuesto a recuperar las conversaciones con el ejecutivo, suspendidas desde que el Consejo de Ministros aprobó el paquete de medidas de ajuste del gasto público, pero le ha advertido de que si finalmente decreta una reforma unilateral "que suponga un recorte de los derechos de los trabajadores", UGT y CCOO convocarán una huelga general.

Además, el líder de la organización sindical ha pedido que no se "vincule un acuerdo en materia laboral con la resolución del problema del paro, porque es falso", y ha dicho que la alta tasa de desempleo debe atribuirse a la recesión económica y al estrangulamiento del flujo de crédito", por lo que "el empleo en España solo vendrá a través del crecimiento económico y no de la reforma laboral".

En el terreno de las reformas laborales pendientes, Méndez ha recalcado que "uno de los más serios es el relacionado con la flexibilidad interna" en la empresa, y se ha mostrado a favor de negociar un acuerdo para "resolver los problemas de adaptación que tengan las empresas", aunque ha puntualizado que la reforma "no debe equivaler a la decisión unilateral del empresario".