Oviedo, Luis GANCEDO

Las entidades financieras, principalmente las cajas de ahorros, están redoblando sus esfuerzos para vender los pisos y solares que desde el estallido de la burbuja inmobiliaria han adquirido por embargos o por acuerdos con los promotores que no pudieron hacer frente a sus deudas de otro modo. La decisión del Banco de España de endurecer la provisiones sobre las cargas inmobiliarias, lo que obligará a bancos y cajas a detraer dinero de los beneficios, ha movido sobre todo a las cajas a emprender nuevas estrategias para desprenderse de las viviendas. Caja Mediterráneo (CAM), socio principal de Cajastur en la «fusión virtual» que ambas están desarrollando junto a Caja Cantabria y Caja Extremadura, es una de las entidades que ha optado por lanzar ofertas más agresivas. CAM figura entre las caja de ahorros españolas con más riesgo asociado al boom de la construcción.

Caja Mediterráneo acaba de anunciar una campaña de su filial inmobiliaria Mediterranean para ofrecer durante el mes de junio mil viviendas con descuentos que, asegura la entidad, podrán llegar hasta el 70%. Las casas en cuestión están situadas en zonas como Alicante, Madrid, Valencia, Mallorca, Tenerife o Murcia. Y se trata sólo de una parte de los inmuebles que en estos dos años de crisis inmobiliaria ha acumulado la entidad que desde junio de 2009 preside Modesto Crespo. Según distintas informaciones, CAM ha reunido hasta 5.000 pisos en este tiempo.

La campaña de Caja Mediterráneo utiliza como reclamo, además de la rebaja de precios, la próxima subida del impuesto sobre el valor añadido (IVA), a partir del 1 de julio. Esto es, se anima a los potenciales compradores a acelerar las operaciones para evitar un incremento fiscal que elevará el tipo reducido del IVA, el que se aplica a las compraventas de pisos nuevos, del 7% al 8%.

En la nota divulgada por CAM para publicitar su oferta no se hace, en cambio, referencia alguna a los cambios regulatorios del Banco de España, que están detrás de la estrategia seguida tanto por esa caja levantina como por varias más. La propia Cajastur ha recurrido por primera vez al procedimiento de subasta por internet -a través de la firma especializada BNP Paribas Real State- para vender 37 pisos de una promoción de Prados de la Fuente (Oviedo), que pasó a propiedad de la caja tras la crisis de la empresa Teconsa.

El organismo supervisor que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez obligará a las sociedades financieras, a partir de junio, a elevar las provisiones sobre los inmuebles al 30% del valor de tasación cuando hayan transcurrido dos años desde la adquisición. Hasta ahora, la exigencia era del 20%. Con tal norma, la cuenta de resultados de bancos y cajas puede adelgazar un 10%, según un cálculo del Banco de España. Pero el propio equipo de Fernández Ordóñez reconoce en sus informes que el impacto efectivo será variopinto, muy distinto de unas entidades a otras. Se da por hecho que los grandes bancos -Santander o BBVA- apenas se resentirán, porque de oficio ya han anticipado ese nivel de provisiones. El efecto será mayor en la banca mediana y, sobre todo, en las cajas de ahorros cuyos balances están más cargados de activos inmobiliarios. Caja Mediterráneo aparece como una de ellas, al contrario que Cajastur.

Los balances que maneja la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) señalan que CAM es una de las entidades donde es más voluminosa la partida denominada «activos no corrientes destinados a la venta», epígrafe contable donde se suelen computar las viviendas y solares embargados o adquiridos a cambio de deuda. Caja Mediterráneo tiene en ese capítulo bienes que valora en algo más de 1.400 millones de euros. Cajastur, por ejemplo, tenía consignados unos 180 millones a finales de 2009. CAM es una entidad que quintuplica en volumen de activos a la asturiana y, además, durante estos años de auge inmobiliario ha estado muy pegada al negocio del ladrillo dentro y fuera de Alicante.

La provincia alicantina fue la novena de España donde más intensa fue la edificación de viviendas en el período 2000-2008. Caja Mediterráneo, además, respaldó operaciones singulares fuera de su territorio natural. Así, CAM fue una de la entidades que financiaron a Francisco Hernando, «Paco El Pocero» en su macroproyecto inmobiliario de Seseña (Toledo), emblema de los excesos urbanísticos de la última década en España. La caja tuvo que quedarse de una tacada con 500 viviendas del constructor toledado.

Según un «ranking» elaborado el banco de inversión japonés Nomura, CAM es la octava caja de ahorros con mayor riesgo inmobiliario, medido como proporción de los activos -créditos y otros- vinculados al sector en relación al patrimonio neto (ver gráfico adjunto). Cajastur, en cambio, ocupa una de las últimas posiciones de riesgo.

Fuentes del sector financiero negaron ayer que al negociar la «fusión virtual» se incluyera un emplazamiento explícito a CAM para que aligerase con presteza sus cargas inmobiliarias, que pesarán sobre el balance del banco resultante de la unión. Esas fuentes remarcaron que, pese a esas cargas, CAM tiene buenos ratios de morosidad y solvencia y que fue de las primeras entidades en activar la venta de pisos para despejar su balance.