Barcelona / Madrid, Agencias

Bill Gates, ex presidente de Microsoft, multimillonario y filántropo, se mostró ayer «decepcionado» por la decisión del Gobierno español de recortar en 800 millones de euros la ayuda a los países en vías de desarrollo, como parte del recorte del gasto público impulsado por el Ejecutivo, a instancias de la Unión Europea (UE), para contener los desequilibrios de las cuentas de la Administración. Las palabras del multimillonario Gates, impulsor de una fundación que recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2006, incomodaron al Gobierno, que, no obstante, trató de quitar hierro a los comentarios del magnate del sofware, hoy retirado de la primera línea de la gestión empresarial.

Bill Gates y su esposa Melinda están en Barcelona coincidiendo con la celebración, en Sitges, de la cumbre anual del Grupo Bilderberg, un selecto club que reúne a políticos y financieros de Europa y Estados Unidos para debatir sobre grandes asuntos mundiales y al que pertenece la pareja. Aprovechando esa cita, Gates participó en una presentación del Instituto de Salud Global (ISGlobal), constituido hace una semana en Barcelona y presidido por la infanta Cristina. En presencia de esta última, el magnate estadounidense calificó como «decepcionante, doloroso y desafortunado» el tijeretazo del Ejecutivo de Zapatero a la ayuda al desarrollo.

De entrada, Gates puso a España como un «ejemplo modélico» por su política de ayudas al desarrollo durante los últimos años, puesto que logró doblar estos fondos entre 2004 y 2009. Y dijo confiar en que los recortes sean un «paréntisis breve» y que España vuelva a tomar pronto el tren de las ayudas para la cooperación. «España proporciona mucha ayuda y se asegura de que sea bien gastada», apostilló.

Gates también lanzó un mensaje de implicación a «las personas más ricas», laboratorios y empresas en la ayuda a los países menos desarrollados. Bill Gates dejó la presidencia del emporio Microsoft en 2008 y ahora está consagrado a la actividad de su fundación, implicada en importantes proyectos de lucha contra enfermedades como la malaria, el sida, la tuberculosis y la poliomielitis.

El Gobierno español trató de quitar trascendencia a las quejas de Bill Gates. Fuentes del Ejecutivo valoraron «muy positivamente» que Gates hubiera puesto a España como un «ejemplo modélico» en el crecimiento de las ayudas para el desarrollo. Y esas mismas fuentes atribuyeron las críticas del multimillonario al ajuste, «que no sorprenden por venir de un filántropo», a que probablemente desconoce que, a pesar de los recortes (de 300 millones este año), España destinará en 2010 unos 4.892 millones de euros a ayuda oficial al desarrollo. El recorte el próximo año será de 500 millones de euros.

Bill Gates se reunió en mayo del año pasado con el presidente Zapatero en La Moncloa, en un encuentro en el que acordaron ampliar su colaboración en la lucha contra la malaria y el hambre. Esta colaboración no consiste en que el Gobierno español aporte fondos a la fundación, sino que se busca coordinar esfuerzos en proyectos de interés común.

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la fundación del matrimonio Gates han colaborado de forma estrecha con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), donde se busca una vacuna contra la malaria y que dirige el español Pedro Alonso, premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 2008.