Oviedo

El PSOE impulsó en todos los años que ha gobernado España tres reformas laborales, uno de las cuales impulsó la contratación temporal que ahora se quiere penalizar. Los socialistas impulsaron su primera modificación de la regulación del mercado de trabajo en 1984, durante el primer gobierno de Felipe González. En ese año, España tenía 2,7 millones de parados y una tasa de desempleo del 21,08%, y necesitaba, igual que ahora, crear empleo con urgencia. Para conseguirlo se eliminaron las restricciones a los contratos temporales, según las cuales sólo se podía contratar a un trabajador con esta modalidad si accedía a su primer empleo o si era de edad avanzada, con alguna minusvalía y estaba parado.

Una década más tarde, otro gobierno de Felipe González volvió a promover una reforma laboral después de haber detectado dos problemas: la tasa de trabajo temporal se había disparado y no se había conseguido poner freno al problema del paro que llegaba al 24,2%. González volvió a introducir restricciones a los contratos temporales e impulsar los de prácticas y aprendizaje.

Fue en esta reforma en la que se legalizaron las empresas de trabajo temporal. Los cambios provocaron la segunda huelga general convocada contra los gobiernos socialistas.

La última reforma laboral del PSOE, en el año 2006, a puertas de la actual crisis económica, trató de poner freno a la temporalidad a golpe de subvenciones para convertir estos contratos en fijos.