Portugal debe adoptar nuevas medidas de ajuste y reformar su mercado laboral para superar la crisis y generar confianza en los mercados, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El documento, presentado hoy en la capital lusa, reconoce que el país ha hecho "progresos significativos" pero su ya débil potencial de crecimiento se ve afectado por la crisis global y, además, la presión sobre su deuda "si persiste, puede poner en riesgo la recuperación".

"El reto inmediato es fomentar la confianza de los inversores rápidamente", señala el informe, que destaca también la necesidad de que el Ejecutivo socialista luso "reduzca de forma sustancial el abultado déficit exterior" y ponga al país en la senda de un crecimiento sostenible.

La consolidación fiscal, subraya, es la clave para restaurar la confianza de los mercados, que exigen ahora para comprar deuda lusa los intereses más altos desde la introducción del euro en 2002, un 6,3%.

Según la OCDE, el gobierno portugués debe estar preparado para realizar nuevos aumentos de impuestos, como el IVA, e introducir un sistema fiscal más simple y efectivo que el actual, que garantice a las empresas un entorno más transparente.

También recomienda que se adopten políticas para reducir la dependencia exterior, sobre todo la energética, y el déficit en la balanza de pagos con una mayor productividad y competitividad de la economía lusa.

En materia laboral el documento sugiere reducir la "dualidad" del mercado laboral, sujeto a regímenes muy diferentes de contratos temporales y regulares y que se rebaje la legislación proteccionista de estos últimos para combatir el desempleo cíclico.

También expresa la conveniencia de revisar la estructura de los subsidios de desempleo, para que no estén vinculados a la edad y ofrezcan cobertura a los trabajadores con menos de un año de cotización, así como elevar la contribución de las empresas a la seguridad social, que está por debajo de la media europea.

Si el país no afronta estas reformas, la tendencia al aumento del desempleo, que a causa de la coyuntura económica ya supera el 10%, puede volverse un problema estructural, advierte la OCDE.

Los esfuerzos ya en marcha para elevar el nivel de formación de la población deben igualmente consolidarse, agrega, para ayudar a impulsar la economía, reducir la brecha educativa y combatir las carencias socioeconómicas.

En concreto el informe aconseja a Portugal reducir las altas tasas de fracaso escolar y reforzar los mecanismos de supervisión del rendimiento educativo, pero dentro de un contexto de estrictas limitaciones presupuestarias.

Al hacer balance de la situación económica portuguesa, la OCDE constata su crecimiento negativo del 2,6% en 2009, en medio de una profunda recesión similar al resto de la zona euro, y señala que el país se benefició de la inexistencia de una burbuja inmobiliaria y de una baja exposición a los "activos tóxicos".

El crecimiento ha vuelto en 2010 "pero es incierto a medio plazo" y su débil potencial se ve afectado por la crisis global.

Además Portugal no ha escapado a las recientes turbulencias del mercado y la penalización de su deuda y los mayores intereses de refinanciación "ponen en riesgo la recuperación", anota el documento.

El reto inmediato es restaurar la confianza de los mercados con una rápida consolidación de las finanzas públicas y después estrechar los desajustes macroeconómicos para lograr una "reducción sustancial" del déficit público.

La OCDE considera "apropiada" la estrategia portuguesa de reducir ese déficit, que en 2009 se situó en el 9,4%, a menos del 3% en 2013 y califica de "camino correcto" las decisiones tomadas en mayo por el Ejecutivo socialista, con el apoyo de la oposición conservadora, para bajarlo en 2010 al 7,3%.

Sin embargo, el Gobierno luso, en minoría parlamentaria, y la oposición están ahora enfrentados por los presupuestos para 2011, que los conservadores sólo se muestran dispuestos a respaldar si incluyen reducción del gasto público pero no aumentos de impuestos.

En aparente alusión a este desentendimiento, la OCDE no descarta la necesidad de nuevas medidas de ajuste si afloran turbulencias en el mercado y considera "importante mantener un fuerte consenso político sobre la consolidación fiscal".