El 29-S: El balance

Asturias, la que más siguió la huelga

El Principado fue la región con mayor seguimiento de un paro que en todo el país tuvo menos impacto que otros anteriores l Los sindicatos sostienen que el 87% de los trabajadores asturianos se sumó a la protesta

Oviedo / Madrid

La huelga general del 29 de septiembre, la primera gran movilización convocada en España en el contexto de la crisis, paralizó ayer parcialmente la actividad económica y los servicios públicos en el país y tuvo en Asturias un seguimiento superior al registrado en el resto de las comunidades autónomas, según remarcaron ayer los sindicatos convocantes (UGT, CC OO y USO). No obstante, el eco de la convocatoria fue, dentro y fuera de Asturias, menos intenso que en ocasiones precedentes, como sugieren los datos divulgados por los propios sindicatos y otros indicadores, como el consumo energético. El respaldo cosechado fue en todo caso, a decir de los líderes sindicales, suficiente para exigir al Gobierno que dé marcha atrás en la reforma laboral y, en general, en sus políticas económicas. El Ejecutivo se mostró ayer conciliador, pero no dio señales de que piense revisar tales políticas.

La guerra de cifras habitual ante este tipo de movilizaciones no resultó tan abierta como otras veces. El Ministerio de Trabajo evitó confrontar con los números sindicales y no aportó ninguna estimación global sobre la incidencia de la huelga. Señaló que el impacto fue «dispar» entre los distintos sectores, con variaciones que van desde el paro total en la industria del automóvil al 3% que el ministro Celestino Corbacho atribuyó a la hostelería. El Gobierno aseguró también que en la Administración estatal el seguimiento del paro no pasó del 7,52% entre los funcionarios.

Pero según UGT y CC OO, hasta el 72% de los asalariados españoles no trabajó. Conforme a ese cálculo, diez millones de trabajadores se habrían sumado a la huelga. Y Asturias fue, también de acuerdo con las estimaciones sindicales, la región donde mayor fue el impacto del 29-S. La convocatoria tuvo un seguimiento del 87% en la región, a decir los sindicatos. Galicia, Cataluña y Castilla-La Mancha fueron las únicas regiones que, siempre según la misma estimación, se acercaron al resultado que las centrales atribuyen a Asturias. La información recabada ayer en los distintos sectores y comarcas asturianas da a entender que, sea o no certero el dato sindical, la convocatoria de una huelga general volvió a tener una respuesta amplia en el Principado.

Pero también fue, dentro y fuera de Asturias, una respuesta más modesta que en movilizaciones anteriores. En la última huelga general de 24 horas celebrada en España -en 2002, con José María Aznar en la Presidencia del Gobierno y también en protesta por una reforma laboral- los propios sindicatos cifraron el impacto en Asturias en el 95% y en el 84% el de todo el país. En la de 1994, con otra reforma laboral del último Gobierno del socialista Felipe González en el punto de mira, los sindicatos hablaron de un 90% de apoyo en el conjunto del país.

El comportamiento del consumo energético señala en la misma dirección. Según Red Eléctrica de España (REE), la demanda cayó una media del 16,5%, cuando el 20 de junio de 2002 el descenso se acercó al 21%. En todo caso, durante algunos momentos del día el consumo de electricidad estuvo en parámetros cercanos a los de un domingo, debido sobre todo a un retroceso en la demanda industrial que llegó a ser del 25%. En general, la merma del consumo eléctrico llegó a superar en Asturias el 20% durante la mañana.

Gobierno y sindicatos valoraron que la jornada de huelga se desarrolló sin grandes incidentes, si bien hubo algunos episodios de alta tensión y las fuerzas del orden realizaron cien detenciones de miembros de piquetes y manifestantes «antisistema» (en 2002 las detenciones fueron 84). Las patronales denunciaron, en Asturias y en otras comunidades, «coacciones» generalizadas sobre los pequeños y medianos negocios para forzar cierres. Y los líderes de CC OO, UGT y USO imputaron a sectores de empresarios presiones sobre los trabajadores y otras maniobras para obstaculizar el ejercicio del derecho a la huelga.

El Principado ya estuvo en 2002 en las primeras posiciones del seguimiento de la más reciente de las cuatro huelgas generales de 24 horas que hasta entonces se habían producido en España durante la democracia. Los líderes de UGT, CC OO y USO lo achacaron ayer a la identificación de los asturianos con las razones del paro y a la tradición de compromiso sindical de la región. La coincidencia con las movilizaciones de la minería, que ayer protagonizó su tercera jornada de huelga en defensa del sector del carbón, contribuyó a amplificar el eco de la movilización en Asturias, explicaron dirigentes sindicales. En las sedes asturianas de UGT y CC OO se transmitía cierta sensación de alivio ante el desenlace de una convocatoria que algunos sectores habían presentado como un plebiscito para los sindicatos.

El impacto en la región del 29-S tuvo que ver también con el despliegue que grupos de piquetes -varios de ellos formados por mineros- hicieron para bloquear el tráfico en algunos tramos de autovía, aunque la «Y» no llegó a quedar cortada. La práctica paralización del transporte de viajeros por carretera fue otro factor de alcance, tras el desacuerdo con el Principado sobre los servicios mínimos y el incumplimiento de los fijados por decreto.

Conocido el desenlace del 29-S, el Gobierno invitó a los sindicatos a mantener abiertos cauces de diálogo, a negociar aspectos pendientes de desarrollar de la reforma laboral y a tratar sobre los cambios que se preparan para el sistema público de pensiones. Pero las centrales exigen que, como en 2002, el Ejecutivo dé marcha atrás.

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