Oviedo,

M. MARTÍNEZ/ L. GANCEDO

El gasto de la Seguridad Social en prestaciones en el Principado ascendió a 3.884,7 millones de euros en 2009. Si el ritmo de crecimiento se mantiene en aproximadamente en el 3%, como ha hecho hasta agosto, esa cifra se elevará este año hasta los 4.000 millones de euros, una cantidad comparable al presupuesto del Principado. De ella, algo más de 3.800 serían, si se cumplen las proyecciones, para pensiones contributivas. El montante es equivalente a casi el 16% del producto interior bruto (PIB), una cifra «alarmante» según coinciden en señalar expertos de las más variadas disciplinas económicas y sociales.

La Seguridad Social inyectó al mes, según datos de mayo pasado, más de 273 millones de euros en Asturias sólo para pensiones contributivas, prácticamente lo mismo que cuesta el edificio del nuevo Hospital Central de Asturias. El ingreso por habitante es de 252 euros al mes, una cantidad significativamente superior a la media nacional, que es de 144 euros. Si se tienen en cuenta el conjunto de prestaciones que el Principado recibe del Estado, la cifra se eleva a 304 euros al mes por habitante, mientras que la media nacional es de 205 euros mensuales per cápita.

Las cifras dan idea de la importancia que las jubilaciones y prejubilaciones tienen en la economía de una región en la que el desplome demográfico es probablemente uno de sus mayores problemas, que además tiende a agravarse. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), dentro de 10 años habrá un 30% menos de jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 30 años, y la población activa se reducirá en 63.000 habitantes, mientras que las proyecciones apuntan a que habrá 30.000 jubilados más. Es decir, Asturias no tendrá jóvenes suficientes para realizar el relevo generacional.

Florentino Felgueroso, profesor en la Universidad de Oviedo y miembro del grupo de economistas de «Los Cien», es contundente: «Es urgente apostar por la natalidad, en toda España, pero especialmente en Asturias, y sin embargo las primeras medidas de recorte se dirigen a la familia. Aquí preocupa la política de la dependencia, porque la población está envejecida, pero no la de buscar soluciones, como puede ser la de impulsar la fecundidad. No invertir en dar la vuelta a esta situación es no apostar por el futuro y hacer el sistema insostenible».

Felgueroso es uno de los artífices del documento que «Los Cien» presentaron el pasado jueves con aportaciones para la reforma del sistema de pensiones, que se discute, de momento sin avances, en el Pacto de Toledo. Las propuestas pasan por elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años, y la mínima de 61 a 63; elevar el mínimo de cotización a la Seguridad Social de 15 a 20 años, y también el período de cómputo para calcular la pensión cuando los trabajadores se jubilen, establecido ahora en los últimos 15 años y que la agrupación de economistas plantea se extienda a toda la vida laboral. Se trata, afirman, de lograr un sistema sostenible, transparente y justo.