Madrid / Bruselas, Agencias

El Gobierno desplegó ayer una ofensiva de «transparencia» sobre la situación económica y la solvencia del país en un intento de cortar el castigo que, nuevamente ayer, estaba sufriendo la credibilidad española en los mercados financieros. El presidente Zapatero abrió ese despliegue descartando «absolutamente» que España vaya a necesitar un rescate como Irlanda y Grecia. Ocurrió mientras las noticias periodísticas y rumores acerca de que Portugal y España serán los siguientes en la lista de economías del euro intervenidas agravaron las dificultades de los bonos españoles y lusos en el mercado de deuda pública, aunque las tensiones se relajaron por la tarde tras las acciones informativas del Ejecutivo y del Banco de España. La Bolsa, en cambio, no evitó otro correctivo: el Ibex 35 perdió el 1,8% y cerró su peor semana desde mayo, cuando el rescate de Grecia.

Un periódico económico alemán alimentó desde primeras horas los ataques contra la deuda española y el miedo de los inversores al divulgar que los países de la eurozona y el Banco Central Europeo estarían presionando a Portugal para que acepte un rescate y se alivien así el castigo de los mercados sobre España, muy expuesta al riesgo portugués (los bancos españoles son los primeros acreedores del país luso). Se podría sortear de ese modo, según la información del rotativo, el riesgo de «default» (suspensión de pagos) de España y una intervención en el país que por su tamaño pondría en verdadero peligro el futuro de la moneda común.

Los gobiernos de España, Portugal y Alemania, así como la Comisión Europea, desmintieron pronto esa información. Pero en el mercado de deuda la desconfianza hacia los bonos españoles y las posibles maniobras especulativas hicieron que la brecha con el bono alemán -el plus de retribución que se ofrece para persuadir a los inversores de que pongan dinero en deuda española- marcara nuevos máximos (264 puntos básicos o el 2,64%). La retribución del bono a diez años llegó en algunos momentos al 5,3%.

En ese clima de máxima tensión, el presidente Zapatero señaló, en declaraciones a una emisora de radio catalana, que se debe descartar «absolutamente» el riesgo de que España tenga que terminar recurriendo a los mecanismos de auxilio de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Zapatero ha sido señalado estos días por el semanario británico «The Economist» como el hombre «clave» para el futuro del euro. De su gestión y de la rapidez y eficacia de las reformas que se precisan en España, señala la publicación, puede depender que la moneda continental vaya o no al colapso. Rodríguez Zapatero incidió ayer en dos de los que considera puntos fuertes de la solvencia española: que se está cumpliendo el objetivo de reducir el déficit de las cuentas públicas y que el sector financiero es de los más sólidos de Europa.