Oviedo / Madrid,

M. M. / Agencias

La ampliación del período para el cálculo de las pensiones más allá de los quince años actuales conllevará una rebaja de la jubilación que puede llegar a ser considerable. Según los expertos, esta reducción oscilaría entre el 10% y el 30% según los casos y dependiendo de las múltiples variables que inciden en el cálculo. El Gobierno se quedó ayer solo en el Pacto de Toledo en defensa de elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años. Hasta el punto de que, en las recomendaciones que se harán al Congreso, se incorporará una mención expresa para remarcar que no se llegó a un acuerdo sobre la edad legal de jubilación, de tal manera que la edad final que se establezca quedará en manos de que lo apoye o no un número suficiente de grupos parlamentarios. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, insistió ayer en que el Gobierno seguirá negociando con los grupos parlamentarios y con los agentes sociales para retrasar la edad de jubilación.

Otra de las cuestiones que se plantearon para reformar el sistema de pensiones fue la posibilidad de aumentar de 35 a 40 años el tiempo de cotización necesarios para cobrar el 100% de jubilación, pero los portavoces de la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso precisaron ayer que en sus trabajos «nadie ha planteado» esa posibilidad como alternativa a retrasar la edad legal de jubilación a los 67 años.

Si la reforma de las pensiones sólo incluyera el retraso en dos años de la edad de jubilación, las pensiones serían igual o más altas, al cotizar más años. Pero, en realidad, se trata de reducir costes. De ahí que se plantee ampliar el cómputo de los años de cotización, elevando los últimos 15 años que se computan hoy a 20 o 25 años. Incluso hay quienes defienden, como el denominado grupo de «los Cien» economistas, que debe tenerse en cuenta toda la vida laboral.

Nadie se atreve a detallar cuánto van a bajar las pensiones, aunque se haya hecho gran cantidad de intentos de aproximación. Y es que son muchas las variables que inciden en el cálculo de una pensión, y más cuando se desconocen los parámetros en los que moverse en una negociación aún abierta. Pero, en todo caso, el consenso es absoluto en que las pensiones bajarán si se tiene en cuenta toda la vida laboral, porque se supone que en los primeros años de trabajo los salarios son más bajos. Sin embargo, si se ampliase el cálculo de 15 a 20 años o 25, algunos futuros pensionistas se verían beneficiados.

El diputado de IU, el asturiano Gaspar Llamazares, aseguró ayer que ampliar el período del cálculo de las pensiones supondría una recorte en la pensión media del 10%, y que si se amplía la edad de jubilación hasta los 67, el recorte sería del 6%. Tomás Burgos, portavoz del PP en el Pacto de Toledo, defiende, sin embargo, que ampliar el período para el cálculo de la pensiones, en lo que están de acuerdo con el PSOE y CiU, es «justo y adecuado». Y lo justificó en que «un período de quince años penaliza enormemente a gente que después de haber cotizado cuarenta años se encuentra con penalizaciones del 10% o el 15% en su pensión por haber sido expulsado anticipadamente del mercado laboral». Eso sí, matizó que esta medida debe ser «gradual y progresiva».

La consultora Labour Asociados aseguró que alargar el período de cálculo de las pensiones «tendría, sin lugar a dudas, un impacto negativo sobre los que se jubilan a los 65 años». Otros estudios coinciden en que si el plazo de cómputo se extiende a toda la vida laboral -unos 45 años- los efectos sobre la pensión serían devastadores. Un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), a la que pertenecen «los Cien», revela que la rebaja respecto a las cantidades actuales alcanzaría el 30%.