Alicante / Oviedo

La agencia de medición de riesgos Fitch rebajó ayer tres escalones la calificación de la deuda a largo plazo de la Caja Mediterráneo (CAM), hasta el nivel de «bono basura» (BB+) -no recomendable para invertir-, después de que Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura la rechazaran para la fusión en Banco Base. A la caja asturiana le mantiene la nota (A-), en situación idéntica a Caja Extremadura, mientras que a CCM, integrado en Cajastur, la mantiene (BBB+), pero lo pone en vigilancia negativa. También Moody's advirtió ayer de que el «rating» de estas cajas de ahorro «se encuentra bajo presión».

La decisión de Fitch se produjo sólo unas horas antes de que el consejo de administración de la entidad alicantina decidiera solicitar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ayudas por importe de 2.800 millones de euros, para lo que previamente traspasará la totalidad de su negocio a un banco. La cantidad hace prever que la mayoría del accionariado quedará en manos públicas -se calcula que entre el 60% y el 70%-, ya que la entidad tiene unos fondos propios de 2.000 millones a los que se les aplicará un descuento (las entidades financieras cotizan actualmente por debajo de su valor en libros). Fuentes del sector afirmaron que lo previsible es que el FROB destituya a los actuales gestores e inicie un proceso de venta.

El Banco de España ya hace días que intenta encontrar un comprador entre la gran banca española. El Santander, que preside Emilio Botín, se perfila como favorito, aunque las mismas fuentes indicaron que «lo haría una vez que no tenga cargas, o bien si se le permite un sistema de protección de activos similar al que el Banco de España utilizó con Cajastur para que se quedara con CCM». El organismo supervisor es reticente a esta fórmula, entre otras cosas porque la caja manchega estaba intervenida y CAM no. Según las mismas fuentes, hacerlo sería reconocer ante los mercados que existen muchas dificultades para reordenar el sector, con las consecuencias que ello podría reportar para la economía española cuando Portugal está al borde de ser intervenido.

El consejo de administración de CAM emitió ayer un comunicado en el que confirmaba la decisión de solicitar al FROB 2.800 millones de euros, para lo que previamente traspasará su negocio a un banco. De ahí que insista en exigir quedarse con la ficha bancaria de Banco Base, alegando que fueron las otras tres cajas quienes incumplieron los acuerdos alcanzados. La elevada cantidad que solicitará al FROB la convierte en la entidad que más ayudas públicas ha solicitado en el proceso de reordenación. La entidad explica en su comunicado que esa cantidad es la que necesita para su proyecto de futuro, que «emprende hoy, inicialmente, en solitario». También remarca que los 2.800 millones que solicita es una «cifra inferior a la que en su día solicitó Banco Base (4.277 millones) y que permiten alcanzar más del 10 por ciento de capital principal», lo que le permitirá cumplir las exigencias impuestas por el Ministerio de Economía. Y añade que, además, «hará posible superar las pruebas de estrés» a las que se van a someter las entidades financieras del país. «Caja Mediterráneo considera que, con esta cobertura, su potencial y su amplia red comercial y experiencia en los mercados financieros, donde es la única caja que cotiza, dispone de elementos suficientes para consolidar este proyecto», aseveraba la entidad alicantina en su comunicado.

También ayer se supo que un consejero de CAM, Pere Joan Devesa, vocal en representación de la Generalitat Valenciana, vendió el pasado día 24 de marzo sus 6.176 cuotas participativas de la entidad, lo que le reportó unos ingresos de casi 39.000 euros, según figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Lo hizo justo al día siguiente de la celebración del consejo de administración de Banco Base en el que Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura dieron por rotas las relaciones con CAM.

Con todos estos mimbres, en los mercados surgen dudas sobre el acelerón del proceso de reestructuración. Fuentes financieras explicaron que «se empieza a tener la sensación de que va a haber un retraso». La agencia Standard & Poor's también hizo ayer esta advertencia.

Fitch explicó que la rebaja a CAM refleja la ayuda externa que necesitará la entidad dado su bajo nivel de recursos propios en un contexto de deterioro de los activos, en un momento en el han aumentado los requerimientos de capital a las entidades. También ha tenido en cuenta la enorme exposición de CAM al sector inmobiliario, que elevó su morosidad al 8,7 por ciento al cierre del año 2010. Esa tasa, según la agencia, se dispara hasta el 14,5 por ciento si se incluyen los activos embargados.