La canciller alemana, Angela Merkel, entró ayer en una nueva polémica con los países del sur de Europa al cuestionar que en España, Portugal o Grecia los trabajadores disfruten más jornadas de vacaciones que en Alemania. Durante un acto de su partido, la coalición democratacristiana CDU, Merkel abogó por armonizar los días de vacaciones y la edad de jubilación en los países de la Unión Europea (UE), de la que el Estado germano es principal contribuyente. En año de elecciones regionales y locales en su país, la formación política de la canciller está sufriendo el desgaste ante la opinión pública alemana que suponen las aportaciones a los rescates financieros de los estados de la eurozona con más dificultades.

En tono electoral, Angela Merkel cargó directamente contra la laboriosidad de la Europa meridional, incluida España. «No se trata sólo de no incurrir en más deudas, sino que también es importante que en países como Grecia, España o Portugal los trabajadores no puedan jubilarse antes que en Alemania», señaló también durante su intervención en el acto de su partido en Meschede (en la región de Renania-Westfalia Norte).

Y la canciller añadió sobre las vacaciones: «A pesar de que los países comparten una moneda común, unos disfrutan de muchas vacaciones y otros de muy pocas. A la larga esto no funciona». A continuación, destacó la solidaridad alemana con Grecia para que supere su crisis crediticia. Aunque aseveró que «no podemos ser simplemente solidarios y decir que esos países pueden seguir actuando como hasta ahora. Sí, Alemania ayuda, pero Alemania sólo ayuda si los demás se esfuerzan. Y eso hay que demostrarlo».

Las afirmaciones de Merkel sobre las condiciones de descanso y jubilación en Alemania y en los demás países contrastan con lo que señalan las estadísticas. Varias de ellas muestran que los españoles trabajan más horas y cobran menos que los alemanes. Y el retiro efectivo es también algo más tardío en España que en el país germano. Sobre el papel, los españoles tienen seis días festivos más al año, aunque el alcance de las vacaciones varía según los convenios. Pero en realidad, las diferencias entre ambos países no son demasiado abultadas.

El número total de días que suponen las vacaciones y los festivos varían en la Unión Europea hasta en doce días anuales dependiendo del país. Según un estudio elaborado recientemente por la consultora española Mercer, los trabajadores españoles cuentan con 36 días libres al año (22 días laborables de vacaciones establecidos por ley más 14 de festivos), mientras que un empleado alemán disfruta de 30 jornadas (20 días laborables de vacaciones más 10 festivos).

El estudio señala también que no son los países del sur europeo los que tienen más días de asueto Los de Lituania (41 días), Francia (40), Finlandia (40) y, fuera de la UE, Rusia (40) son los empleados europeos con más vacaciones.

Y en cuanto a la edad de retiro, el país de Angela Merkel tampoco sale mejor parado que los demás en las estadísticas. Según las cuentas de la Comisión Europea, la jubilación efectiva en el país germano es, de media, a los 62 años, mientras que en España es ligeramente superior (62,1 años). Alemania alcanzó un acuerdo para alargar la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años, igual que el que aplicará el Gobierno español. Los dos llegarán a esa edad de forma progresiva, si bien España lo hará antes.

Los números también parecen refutar la tesis de que en Alemania se trabaja más tiempo. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los españoles trabajaron 1.653 horas anuales en 2009 frente a las 1.389 horas de los alemanes, un 19% menos. Esas mayores jornadas laborales no se reflejan en la nómina, ya que los germanos cobran un salario bruto anual de unos 40.914 euros, según las cuentas de la oficina estadística europea (Eurostat) con datos de 2008 (los últimos disponibles), mientras que los españoles perciben unos 21.500 euros. Las diferencias de jornada y sobre todo de salario guarda relación con la estructura productiva. En Alemania tienen mayor relevancia la industria y las actividades de media y alta tecnología, en los que se perciben sueldos mayores.

Las palabras de Merkel fueron acogidas con críticas dentro y fuera de Alemania. En España, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, aseguró que «la homogeneización de aspectos del mercado laboral es muy importante, pero no creo que esto signifique ir a una convergencia estricta».

En Portugal, para el que se acaba de aprobar un rescate financiero de 78.000 millones de dólares, los partidos de izquierdas y los sindicatos cargaron contra Merkel. El secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, criticó que Merkel no hablara también de la diferencia salarial entre lusos y los germanos. Portugal tiene uno de los salarios medios más bajos de la UE (17.000 euros al año). Manuel Carvalho da Silva, líder del mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores Portugueses, acusó a la canciller de «colonialismo» y de pretender que «los países ricos vivan a costa de explotar a los más pobres».