Los bancos y cajas españolas se enfrenta a unas posibles pérdidas de 46.703 millones de euros por la suma de sus créditos a promotores y de los activos que tienen adjudicados en su balance y que fueron acumulando en la época del boom constructor. Así lo revelaron las pruebas de resistencia a las que se sometió el sector financiero español y que fueron publicadas el pasado viernes por la Autoridad Europea Bancaria. Effibank, la fusión que lidera Cajastur junto con Caja Extremadura y Caja Cantabria, es una de las entidades menor expuestas al ladrillo, según los resultados de los test de estrés. La fusión podría llegar a sufrir unas pérdidas por estos créditos y activos de 846 millones, según el llamado «escenario base» (aquel que toma las previsiones reales de la Comisión Europea sobre la evolución de la economía).

Mientras, en el denominado escenario adverso, tan negativo que según el Banco de España tan sólo hay un 0,5% de probabilidades de que ocurra, Effibank sufriría unas pérdidas de 1.252 millones. En el conjunto del sistema y con este negativo escenario, las pérdidas que debería afrontar el sector financiero español ascenderían hasta los 65.901 millones de euros.

En los cálculos más benévolos se incluye un descenso de los precios de los pisos del 20,9% a finales de este año y del 24,3% al cierre del próximo en relación a finales de 2007, antes de que comenzara la crisis económica. Los exámenes, según diversos analistas, han puesto de manifiesto que las cajas tienen un balance peor equilibrado que el de los bancos.

En el caso de la otra entidad ligada a Asturias, el Banco Sabadell, dueño en la región del Herrero, en el escenario base sus posibles pérdidas podrían alcanzar los 1.694 millones, mientras que en el más adverso llegarían a los 2.516. La antigua socia de Cajastur en la fusión, la alicantina CAM, es una de las peor paradas con una exposición al ladrillo que alcanza los 3.148 millones. La clasificación la lidera Bankia, la fusión que lidera Caja Madrid, que tendría unas pérdidas de 7.790 millones.

Por otro lado, Bankia y Banca Cívica debutarán esta semana en la Bolsa, en un momento de convulsión en los mercados por la incertidumbre sobre la situación de la deuda de algunos países de la zona euro, entre ellos España. Las salidas a Bolsa, que se producirán con un día de diferencia, supondrán una prueba de fuego para las entidades españolas, que se encuentran en el punto de mira de los inversores después de la publicación de los resultados de las pruebas de solvencia.